miércoles, 30 de noviembre de 2022

¡Ah mi cuerpo, mi cuerpito!

 
¡Ah mi cuerpo, mi cuerpito! 
 
¡Ah, mi cuerpo, mi cuerpito!,
ese que doy por sentado,
al que no le doy bolilla
cuando estoy en otras cosas,
cuando miro hacia otro lado.
 
¡Ah, mi cuerpo, mi cuerpito!,
ese que se arregla solo
porque yo ando en otras cosas
(poesías y canciones),
porque yo ando en otro lado.
 
¡Ah, mi cuerpo, mi cuerpito!,
cómo le falto el respeto
cuando no presto atención
a su lenguaje inusual,
a su lenguaje secreto.
 
¡Ah, mi cuerpo, mi cuerpito!,
aquí te pido perdón
por no escuchar tus mensajes,
por no atender tus pedidos,
por no prestarte atención.  
 
El viejo Now
 


 
 
"Los órganos que nos habitan",
decía Flavia, mi profe de Yoga.
 
Esos órganos que son nuestros 
huéspedes. 
 
Desde entonces dejé de tratarlos
como si se tratara de láminas
de un libro de Anatomía.
 
 

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