¡Ah mi cuerpo, mi
cuerpito!
¡Ah,
mi cuerpo, mi cuerpito!,
ese
que doy por sentado,
al que
no le doy bolilla
cuando
estoy en otras cosas,
cuando
miro hacia otro lado.
¡Ah,
mi cuerpo, mi cuerpito!,
ese
que se arregla solo
porque
yo ando en otras cosas
(poesías
y canciones),
porque
yo ando en otro lado.
¡Ah,
mi cuerpo, mi cuerpito!,
cómo
le falto el respeto
cuando
no presto atención
a su
lenguaje inusual,
a su
lenguaje secreto.
¡Ah,
mi cuerpo, mi cuerpito!,
aquí
te pido perdón
por no
escuchar tus mensajes,
por no
atender tus pedidos,
por no
prestarte atención.
El
viejo Now
"Los
órganos que nos habitan",
decía Flavia, mi profe de Yoga.
Esos
órganos que son nuestros
huéspedes.
Desde
entonces dejé de tratarlos
como
si se tratara de láminas
de un
libro de Anatomía.
Gracias, me vino bien el recordatorio rimado.
ResponderEliminar"El recordatorio rimado"... Me gustó eso!
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