Los papelitos de
Douglas
Reflexiones
Hace muchos, muchos años (desde la época en que “advine” un
dibujante de humor y de historietas, digamos), dibujo “de memoria”, por decirlo
de alguna manera… Es decir, aprendí a dibujar sin la necesidad de tener el objeto
de mi dibujo, el motivo, el modelo (una persona, un objeto, un paisaje —una
situación) delante de mí, ante mis ojos.
Esto ocurrió —como a un buen “slow learner”— bastante tarde
en mi vida (alrededor de mis 30 años, diría).
En estos papelitos dibujo lo que tengo ante mis ojos, ante
mi vista, ante mi mirada, ante mí.
Sólo dibujo lo que veo (lo que ven mis ojos, lo que ve mi
mente, tal vez).
Lo que dibujo “está ahí”, de alguna manera…
Dibujar mis papelitos —como decía en alguna “reflexión”
anterior— es un descanso (de “imaginar”, sobre todo, supongo) (y de
“propósitos”, “significaciones”, “utilidades”…).
Estos papelitos no sirven para nada, no significan nada, no
pretenden nada (tal vez, solamente, “estar” —en ese momento y en ese lugar—
“haciendo nada”).
Douglas Wright
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“Haciendo nada”…