miércoles, 31 de julio de 2024

La iglesia de van Gogh

 
La iglesia de van Gogh 
 
Con frecuencia me paro frente a un paisaje (una calle de mi barrio, un sendero del parque) y lo dibujo a birome en unos papelitos que siempre llevo conmigo.
 
El paisaje es "la realidad", digamos, y en mi hoja de papel yo lo retrato como puedo y como quiero (jugando con los trazos, las texturas, las luces y las sombras... y lo que ande en mi estado de ánimo en ese momento).
 
La intención no es "sacarlo" igual, exacto, fotográficamente.
 
De vez en cuando lo que tengo por delante es la reproducción de un cuadro (impresionista, en general) y esa es, entonces, "la realidad" con la que juego con mi birome sobre la hoja de papel (como si estuviera frente a un sendero del parque).
 
Otra vez como quiera y como pueda (no para lograr una copia exacta o fotográfica sino para hacer mi versión libre, juguetona, divertida).
 
En este caso lo que tenía por delante era la que yo llamo "la iglesia de van Gogh" (la iglesia de Auvers-sur-Oise, de Vincent van Gogh). (Me tocó dibujarla para ilustrar una de mis poesías.)
 
Van Gogh es uno de mis personajes favoritos (no solo como pintor sino como escritor) y anda conmigo desde que yo era un muchacho.
 
Esta iglesia siempre me pareció un poco siniestra (aunque no creo que esa fuera su intención al pintarla) y nunca jugué con ella (así como sí lo hice con otras de sus pinturas —sus autorretratos, por ejemplo, de los que hice muchas versiones libres).
 
Lo que me atrajo esta vez (además de la distorsión de la perspectiva y esos trazos como hachazos —que tanto me influenciaron en mis primeras épocas como dibujante) fueron las formas casi orgánicas de este edificio (sus paredes de piedra y sus tejados tienen formas curvas, redondeadas —casi como si se tratara de la osamenta de un animal, diría).
 
En fin, aquí van mis versiones (marcador, marcador y birome, marcador y color en Photoshop).
 
¡Salud, Vincent, una vez más! 
 
Douglas Wright



Una iglesia pobrecita

 
Una iglesia pobrecita 
 
Una iglesia pobrecita,
¿qué sé yo?, destartalada,
con los tejados vencidos
y las paredes de piedra
torcidas, desvencijadas.
 
Una iglesia pobrecita,
casi como un animal
desparramado en la tierra,
agotado, desarmado,
deshecho de tanto andar.
 
Una iglesia pobrecita,
bajo ese cielo nocturno,
durmiendo un sueño callado,
durmiendo un sueño profundo. 
 
Douglas Wright



martes, 30 de julio de 2024

Un átomo indivisible

 
Un átomo indivisible 
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
lo gigante y lo pequeño,
lo visible y lo invisible
—lo cercano y lo lejano,
lo interior y lo exterior—,
el anverso y el reverso.
 
Eso es el universo,
un átomo indivisible;
todo, todo, todo es uno,
lo que es, lo que no es,
lo que fue y ya no es más
—lo probable y lo improbable,
lo posible y lo imposible.
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
a esa idea yo me adhiero,
a ese concepto me adscribo,
de ese modelo del mundo,
¿qué sé yo?, soy un converso. 
 
El viejo Now

 
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Bonus
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
la única realidad,
eso es la totalidad.
 
(Un versito para Alan Watts
citando a Teilhard de Chardin.)
 
DW 
 

lunes, 22 de julio de 2024

Como un haiku dibujado


Como un haiku dibujado 
 
Como un haiku dibujado
con birome y marcador,
la bandeja de mi almuerzo
sobre mi mesa ratona,
aquí, en mi comedor.
 
Las mandarinas de postre,
la servilleta arrugada,
la copa de vino tinto,
el plato grande, amarillo,
la bandeja colorada.
 
Como un haiku dibujado,
como un haiku occidental,
un dibujo en blanco y negro
capturando este momento
en su esencia elemental. 
 
Douglas Wright


 
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Bonus 
 
Según una de las definiciones que circulan por ahí, los haikus son poemas japoneses muy cortos, tienen solo tres versos y normalmente hablan de temas relacionados con la naturaleza o la vida cotidiana que pasa en un lugar y un momento muy concreto.
 
¿A qué me refiero yo por "haiku" en este caso?
 
A captar el momento (en su inmediatez, digamos).
 
A que el motivo de mi dibujo y de mi poesía sea algo cotidiano (nada grandilocuente, nada solemne, nada importante).
 
A encontrar lo bello en las cosas más pequeñas (más insignificantes, tal vez).
 
 
Yo suelo comer (almorzar y cenar) sobre una hermosa bandeja roja, brillante, apoyada sobre un cubo de madera que hace las veces de mesa ratona ubicada frente a mi sillón.
 
Tengo unos platos grandes de color amarillo (ese que llamaban "color maíz").
 
Ahí estaban, en ese gran plato amarillo, los restos de mi almuerzo (unas cáscaras de mandarina) y mi copa de vino por la mitad.
 
Escuchaba en la computadora a Alan Watts hablar sobre los haikus y se me apareció esta imagen que tenía frente a mí como una especie de "haiku visual".
 
Como un cuadrito post-impresionista, tal vez, o como un poster de Toulouse, quizá (con colores planos, plenos, intensos, vibrantes).
 
¡Viva la bandeja de mi almuerzo, el plato amarillo, las cáscaras de mandarina, mi copita de vino!
 
¡Vivan los dibujitos espontáneos y los textitos que los acompañan! 
 
DW


Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado

 
Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado 
 
Estamos adoctrinados para "sujeto, verbo y predicado". (Sujeto, verbo y objeto, me gusta más.)
 
A veces (con frecuencia) en mis sueños, las cosas no son así: hay sujeto sin verbo o sin predicado. No hay historia que empieza, se desarrolla y termina.
 
Tampoco hay antes y después (a veces el después también estuvo antes que el antes —en ambos "lugares" simultáneamente, por decirlo de alguna manera).
 
Y no es que "yo no veo" el final de la historia (como si el final quedara fuera del foco de mi sueño, de la narración de mi sueño) sino que, tal vez, no hay final (la historia de mi sueño "no tiene" final).
 
No hay "resolución" de la historia.
 
Lo mismo ocurre con los espacios: empiezan pero tal vez no terminan. (O terminan pero tal vez no empezaron...)
 
Y no es que no haya lógica (por decirlo de alguna manera) sino que la lógica es otra.
 
Y no es que no haya narrativa sino que, también, la narrativa es otra.
 
"¿Y laneda?"... (la "aneda", como decíamos cuando éramos chicos, la anécdota), pensaba yo al registrar este sueño.
 
¿Dónde está la anécdota? Tal vez no la hay. (Desde ya, no hay "moraleja".) Tal vez no hay conclusión sino solo devenir.
 
Yo, que ando en esto de escribir, le di una especie de "cierre" a la poesía (con eso de que tal vez nos veamos en otro sueño), pero tal vez no hay cierre, tal vez no nos volvamos a ver el pájaro y yo.
 
Tal vez no hay "CHÁN CHÁN", como en el tango, sino un "fade-out", como en aquellas primeras canciones de los Beatles que se iban desvaneciendo hasta desaparecer (y que uno se apuraba en hacerlas sonar de nuevo, una y otra vez). 
 
Douglas Wright



domingo, 21 de julio de 2024

Un gran pájaro gigante

 
Un gran pájaro gigante
 
(Acerca del pájaro que vi en un sueño)
 
Julio 2024 
 
Un gran pájaro gigante,
como un águila plateada,
anda volando en el cielo
justo atrás de una bandada.
 
Un gran pájaro gigante
entra por un tragaluz,
tiene el plumaje plateado
con unos tintes de azul.
 
Un gran pájaro gigante
con un pico puntiagudo
mete miedo con su aspecto
(me hace sentir diminuto,
me hace sentir inseguro).
 
Un gran pájaro gigante
me mira fijo a los ojos,
nos miramos desafiantes
(aunque yo me siento débil,
aunque yo me siento flojo).
 
Un gran pájaro gigante,
no sé qué quiere de mí;
¿tiene algo que decirme?,
¿algo me quiere decir?
 
Un gran pájaro gigante:
¿nos veremos nuevamente
en alguno de mis sueños,
en los sueños de mi mente? 
 
Douglas Wright



El sueño del gran pájaro plateado

 
El sueño del gran pájaro plateado
 
Sábado 20 de julio, 2024 
 
Estamos comiendo en un salón. Somos unos cuantos, hay bastante gente. 
 
Es una especie de lugar público, con varias mesas como tablones largos con gente sentada comiendo y bebiendo.
 
Parece el salón comedor de un lugar de vacaciones, tal vez, o de un camping, con grandes y chicos (se ven algunas mamás con sus hijitos).
 
Yo estoy ahí, sentado entre ellos.
 
En mitad del salón hay un tragaluz alto (de unos 2 metros de ancho por unos 4 o 5 metros de alto).
 
Arriba, en una especie de cuadrado luminoso, se ve el cielo.
 
Por ahí arriba, volando, pasa un pájaro (tal vez son varios, como una bandada o una fila, pero hay uno en cuestión, el último de la fila).
 
Va volando (a gran altura), mira hacia el tragaluz, nos ve, y se dirige hacia nosotros (bajando por esa especie de chimenea que es la boca del tragaluz).


 
Baja hasta estar bastante cerca de nosotros (los que estamos sentados a la mesa).
 
Me mira, nos miramos ("entre ese pájaro y yo hay algo personal", se me ocurre ahora, Serrateanamente).
 
Tiene el pico agudo, larguísimo, lo que le da un aspecto muy peligroso.
 
Nos miramos como desafiándonos.
 
Trato de que mi mirada diga "¡si bajás, no sabés lo que te voy a hacer!" (aunque en realidad no sé lo que hubiera hecho si hubiera bajado).
 
Hizo un par de amagues, pero no bajó más.
 
Era una especie de águila, diría, de un color gris plateado (con algo de rojo en el pico y en algunas plumas de la cabeza).
 
Tendría unos 2 metros de largo, calculo, enorme, corpulento.
 
No sé si tenía un gesto agresivo (me parece que no), pero su presencia tan cercana, y lo inusual de la situación, hacían que la cosa pareciera muy peligrosa (amenazante, amenazadora).
 
Además, había un chiquito a mi lado, desconocido para mí (uno de los que estaban sentados a la mesa —un poco más allá estaba su mamá).
 
Supongo que eso hacía que asumiera una actitud protectora (aunque yo estaba muy asustado).


 
El sueño sigue su curso por otros lugares y situaciones (como ocurre con frecuencia en los míos) y del pájaro, nada (no lo vi más). 
 
Douglas Wright 
 

sábado, 20 de julio de 2024

martes, 16 de julio de 2024

Todo, todo es mediodía



Todo, todo es mediodía

 
Todo, todo es mediodía 
 
Todo, todo es mediodía
este mediodía de sol;
no hay nada en el Universo
que no sea mediodía
—eso es lo que me parece,
eso es lo que creo yo.
 
(Yo sé que existe la noche
del otro lado del mundo
—y las nubes y las lluvias...
yo sé cómo es el asunto.)
 
Pero digo, aquí y ahora,
todo, todo es mediodía
—en este instante total,
este instante interminable
en que todo, todo es sol,
en que todo, todo brilla,
¡en que todo, todo es vida! 
 
El Jardinero Mágico



 
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Bonus 
 
Circulan distintas versiones con respecto al hecho de que "uno hace su realidad" (uno "construye" su realidad, plantean algunos —como si se tratara de algo mecánico).
 
Yo, que suelo transitar distintos estados de consciencia (habitar distintos estados de consciencia) pienso, a partir de mi propia experiencia, algo así como lo siguiente.
 
Cada estado de consciencia es una "realidad" (un mundo, un universo paralelo —o como cada uno, en su experiencia, quiera llamarlo).
 
Por ejemplo, si mi consciencia está en el estado de vigilia (la consciencia habitual), ese estado, el del mundo de vigilia, "es" mi realidad.
 
Cuando sueño (y yo sueño con frecuencia y registro mis sueños) ese mundo, el de los sueños, es mi realidad. (Una realidad distinta, diferente a la del mundo de vigilia.)
 
A veces estoy en otro estado (que no sé bien cómo denominar). 
Es una especie de ensueño, diría, una especie de "soñar despierto" (daydreaming, en inglés). En general, es ahí donde "aparecen" las poesías.
 
Y hay otros estados menos frecuentes, como sueños lúcidos, o estados en los que por un tiempo no hay nombres de lugares o de personas, aunque sí una sensación total de presencia y lucidez, o estados parecidos al déjà vu, o unos, justo al despertar, en los que se me aparecen cuestiones y asuntos con mucha claridad.
 
Es desde este punto de vista, supongo, que surgió esta poesía: "Todo, todo es mediodía".
 
La idea es que si mi consciencia está totalmente, plenamente en el mediodía (en este mediodía, aquí y ahora), entonces TODO ES MEDIODÍA.
 
¡El mediodía lo abarca todo!
 
¡El mediodía es MI REALIDAD!
 
Yo mismo (ser humano) soy MEDIODÍA DE SOL. 
 
Douglas Wright 
 

lunes, 15 de julio de 2024

Quiero andar un rato más



Quiero andar un rato más

 
Quiero andar un rato más 
 
Quiero andar un rato más
por estos días soleados
—caminando por las calles,
por las calles de mi barrio.
 
Quiero andar un tiempo más
por las veredas soleadas
—por mediodías radiantes,
por largas tardes doradas.
 
Quiero andar un rato más
jugando a que ando jugando
con mis papeles, mis lápices,
mi birome, marcadores,
con mi raqueta de tenis
y mi guitarra de andar
—de andar cantando canciones,
canciones de andar cantando.
 
Quiero andar un rato más,
quiero andar un tiempo más;
veremos qué dice el cielo
—digo, qué dice la vida—,
ya veré qué me dirá. 
 
El viejo Now



 
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Bonus 
 
Tengo 74 años.
 
Hace un mes "se fue" uno de los últimos amigos que me quedaban de toda la vida.
 
En este maravilloso mediodía de sol (mientras lavo los platos y preparo mi almuerzo), pienso...
 
“Quiero andar un rato más.”
 
“Quiero andar un tiempo más.” 
 
Douglas Wright
 

miércoles, 10 de julio de 2024

Veo una iglesia plateada

 
Veo una iglesia plateada
 
(Acerca de la iglesia que vi en un sueño)
 
Julio 2024 
 
Veo una iglesia plateada
de metal inoxidable,
es una iglesia simpática,
es una iglesia agradable.
 
Es la iglesia de van Gogh,
esa que pintó van Gogh,
es igual y diferente,
una iglesia que son dos.
 
Aquella metía miedo,
me daba un escalofrío,
con esta iglesia me alegro,
con esta iglesia me río.
 
Veo una iglesia brillante,
veo una iglesia plateada,
es una iglesia de acero,
una que no está oxidada.
 
¡Ah, si la viera van Gogh
a esta iglesia de metal
estaríamos los dos
charlando y tomando vino,
dele pintar y pintar! 
 
Douglas Wright
 
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Dibujo de mi iglesia 
 
¿Qué significa este dibujo?, no lo sé.
 
Solo sé que estuve ahí, que anduve por ahí, que a esta iglesia la vi.
 
Supongo que se parecía un poco a un tranvía (un tranvía plateado).
 
He visto unas casas rodantes antiguas que son un poco así (y también esos buses Greyhound de los EEUU).
 
En fin, más allá había unas manzanas de terreno despejado con pasto verde y unas lomas al fondo.
 
(Una especie de suburbio bucólico, tal vez.)
 
Y una sensación de paz, de serenidad, de alegría, diría. 
 
DW
 
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Dibujo de la iglesia de van Gogh 
 
¡Ah, esta iglesia ha estado conmigo desde mis 17 años, al menos!
 
Allá en lo de Alicia Kelsey, con aquellas pinacotecas maravillosas.
 
Creo que nunca la dibujé, nunca antes hice una versión de esta pintura, nunca jugué con ella. Nunca tuve motivo o necesidad, quizá.
 
Hasta ahora, relacionada con la iglesia plateada de mi sueño de anoche.
 
Es la misma iglesia que la iglesia plateada, insisto. Es su contracara, su contraparte, tal vez.
 
Una, un poco siniestra, tenebrosa (como aquella mansión junto a las vías, de Hopper, que sí he parodiado); la otra, agradable, alegre, amable... luminosa.
 
Cosas de soñador, cosas de dibujante...
 
¡Cosas de dibujante soñador! 
 
DW
 
 

martes, 9 de julio de 2024

El sueño de la iglesia de acero inoxidable

 
El sueño de la iglesia de acero inoxidable 
 
Viernes 5, julio 2024
 
 
Estoy con alguien relacionado con un segmento anterior del sueño (un "bloque" anterior, como los llamo yo).
 
Caminando rumbo a mi casa pasamos junto a una iglesia.
 
La reconozco como aquella que pintó van Gogh (toda distorsionada —maravillosamente distorsionada—, con un cielo azul profundo) y se lo digo, se lo comento a mi acompañante.
 
"Esta es la iglesia que pintó van Gogh."
 
Aunque ahora que la dibujo no se parece mucho (no se parece en nada, en realidad).
 
Pero yo "sé" que es aquella, que es la misma.
 
(Después, a solas —aún en el sueño—, pienso que no puede ser la misma ya que la de van Gogh está en Francia...)
 
((Pero así son las cosas en los sueños —en los míos, al menos—, las cosas son "y" no son; están acá "y" están allá, and so on.))
 
En fin, ésta, además, es de acero inoxidable, brillante, pulido ("blanco"), y tiene el frente curvo.
 
(Ahora que lo anoto me doy cuenta de que en las iglesias "clásicas" la parte curva está atrás.)
 
En fin, parece una iglesia "simpática" (not scary, como la de Vincent).
 
Y hay una casa, en la manzana de enfrente, casi pegada a ella.
 
Esta iglesia de metal no está en un terreno despejado sino que tiene a la casa de enfrente casi pegada a la entrada.
 
Estaría, originalmente, frente a unos terrenos sin edificar que luego se fueron loteando y edificando, pienso.
 
Pero, hacia el costado, hay unos terrenos "baldíos", unas cuadras sin edificar, y unos campitos con unas lomas al fondo. 
 
Douglas Wright


 
 
Reflexiones 
 
Sí, en los sueños (en los míos, al menos) una cosa puede ser "una cosa" y ser "otra cosa" a la vez, al mismo tiempo.
 
También puede estar en un determinado "tiempo", y haber estado "antes" y estar "después".
 
¡Cosas de los sueños!, digo.
 
Un modo de ver (y de pensar) "no dualista", como dicen algunos, en que no hay contradicción sino convivencia (simultaneidad) entre los términos.
 
La cosa no es "ser o no ser", como escribía Shakespeare, sino "ser y no ser", como indican ciertas sabidurías orientales.
 
Entonces: blanco y negro, largo y corto, día y noche, vida y muerte... 
 
DW