La iglesia de van Gogh
Con frecuencia me
paro frente a un paisaje (una calle de mi barrio, un sendero del parque) y lo
dibujo a birome en unos papelitos que siempre llevo conmigo.
El paisaje es
"la realidad", digamos, y en mi hoja de papel yo lo retrato como
puedo y como quiero (jugando con los trazos, las texturas, las luces y las
sombras... y lo que ande en mi estado de ánimo en ese momento).
La intención no es
"sacarlo" igual, exacto, fotográficamente.
De vez en cuando lo
que tengo por delante es la reproducción de un cuadro (impresionista, en
general) y esa es, entonces, "la realidad" con la que juego con mi
birome sobre la hoja de papel (como si estuviera frente a un sendero del
parque).
Otra vez como quiera
y como pueda (no para lograr una copia exacta o fotográfica sino para hacer mi
versión libre, juguetona, divertida).
En este caso lo que
tenía por delante era la que yo llamo "la iglesia de van Gogh" (la
iglesia de Auvers-sur-Oise, de Vincent van Gogh). (Me tocó dibujarla para
ilustrar una de mis poesías.)
Van Gogh es uno de
mis personajes favoritos (no solo como pintor sino como escritor) y anda
conmigo desde que yo era un muchacho.
Esta iglesia siempre
me pareció un poco siniestra (aunque no creo que esa fuera su intención al
pintarla) y nunca jugué con ella (así como sí lo hice con otras de sus pinturas
—sus autorretratos, por ejemplo, de los que hice muchas versiones libres).
Lo que me atrajo
esta vez (además de la distorsión de la perspectiva y esos trazos como hachazos
—que tanto me influenciaron en mis primeras épocas como dibujante) fueron las
formas casi orgánicas de este edificio (sus paredes de piedra y sus tejados
tienen formas curvas, redondeadas —casi como si se tratara de la osamenta de un
animal, diría).
En fin, aquí van mis
versiones (marcador, marcador y birome, marcador y color en Photoshop).
¡Salud, Vincent, una
vez más!
Douglas Wright
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