Ahí están, las ramas flacas
Ahí están, las ramas
flacas,
diciendo “adiós” con
sus manos,
despidiéndose,
parece,
hasta pasado el
invierno
—cuando sea
primavera,
cuando sea, otra
vez, verano.
Ramitas grises,
peladas
—manitos como de
viejo—,
me saludan, temblorosas,
más allá de la
ventana,
¿qué sé yo?, como de
lejos.
Ahí están las ramas
flacas,
les digo “adiós” con
la mano,
sintiéndome como un
fresno
—como un fresno
deshojado—
que espera otra
primavera,
que espera un nuevo
verano.
Douglas Wright