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La vida me ha dado un día
y ése es el día de hoy;
yo vivo y vivo ese día:
¡viviendo ese día estoy!
Si yo lo miro de frente
y lo espero impaciente:
hacia otro lado se va.
Entonces espero que “eso”,
cuando ande de regreso,
se me aparezca de atrás.
Yo ya no me hago problema,
y ya no tengo dilema:
sé que “eso” volverá.
A veces anda conmigo
a la altura del ombligo,
me hace cosquillas: ¡ja, ja!
Yo le digo que se quede,
él me dice que no puede,
me acaricia y se va.
A mí me parece que “eso”,
“eso” no quiere estar preso:
quiere andar en libertad.
Yo lo corro y lo persigo,
yo lo acoso y lo atosigo
y no lo puedo atrapar.
“Eso” viene cuando quiere,
“eso” viene cuando puede
y como viene, se va.
Por eso siempre ando alerta
y dejo la puerta abierta
para cuando quiera entrar.
No gano nada
cuando hallo “eso”;
no obtengo un premio
ni una ganancia
ni una mejora
ni algún progreso.
No obtengo nada
cuando hallo “eso”;
por eso creo
y me parece
y estoy seguro
de que eso es “eso”.
No se trata del aroma a lavanda sino del aroma de una banda de música (el de una banda rockera de garage, para ser más precisos).
En la ilustración, el garage de la casa de Nano, conocido también como “Comunidad Biótica Los Jazmines” o “La Jaula de los Leones”, donde cinco o seis muchachos (más cuatro o cinco de sus amigos) se juntaban a ensayar en medio de, y estimulados por, el Olor a La Banda.
Algunos de los integrantes de la Ciclopedia participamos de estas reuniones y, si bien la música que tocábamos suena distante, el Olor a La Banda se siente aún muy claramente.
(El ilustrador parece decirnos: “en los recuerdos, todo es transparente”.)
Camino de ida,
camino de vuelta,
pero siempre voy,
pero siempre voy.
Camino de ida,
camino de vuelta,
caminando estoy,
caminando estoy.
Camino de ida,
camino de vuelta,
caminante soy,
caminante soy.
Camino de ida,
camino de vuelta,
mi camino es hoy,
mi camino es hoy.
Cuando camino, yo siento
que la vida anda a mi lado,
por delante, por detrás,
por arriba y al costado.
Caminar por caminar
para ir a ningún lado,
siendo yo el que camina
y siendo yo el caminado.
Cuando camino, yo siento
que el camino se disuelve;
yo soy el que anda de ida
y soy también el que vuelve.
Caminar por caminar,
ir tan sólo para ir,
y sólo andar por andar
y vivir para vivir.
Cuando camino, yo siento
que yo soy ese camino
en el que el rumbo es mi rumbo
y el destino, mi destino.
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Bonus track
Caminar por caminar;
caminante sí hay camino,
el camino es el andar:
el andar es el camino.
Cuando camino, yo siento
que la vida es mi camino;
¡por ti, Antonio Machado,
alzo mi copa de vino!
Hay una plaza, cerca de casa,
llena de calma, llena de paz;
sopla una brisa fresca y tranquila
sobre el pastito cortado al ras.
Hay una plaza, cerca de casa,
llena de calma, llena de paz;
abajo, sombras sobre el sendero,
arriba, ramas y el cielo atrás.
Hay una plaza, cerca de casa,
llena de calma, llena de paz;
la calma que anda por esta plaza
queda conmigo y no se va más.