Yo soy un tipo especial
Yo soy un tipo
especial,
digo, soy medio
tarado
—más tarado que mi
padre,
que mi madre, que mi
hermano.
Yo soy un tipo
especial,
digo, soy un poco
gil
—midiendo del uno al
diez,
yo diría, como mil.
Yo soy un tipo
especial,
digo, soy un poco
bobo
—si leo
"Caperucita",
simpatizo con el
lobo.
Yo soy un tipo
especial,
especial en lo
mental
—mi mente es
"mente sin mente",
una mente diferente,
una mente demencial.
Soy un gil, soy un
tarado,
yo soy un tipo
especial;
tal vez, algún día
me halle
en un mundo donde
todos
—igual que yo,
diferentes—
me saluden con la
mano
y, con un gesto
sonriente,
me digan
"¡hola, qué tal!".
El viejo Now
----
Bonus
Cuando yo era chico,
y en mi juventud, algunas de las palabras que uso aquí no se utilizaban, en el
habla cotidiana, en su sentido estricto (el de padecer defectos físicos o
psíquicos, por ejemplo —como en el caso de "tarado" o
"tara") sino, más bien, como sinónimos de "inocente",
"cándido" o "ingenuo".
"¡Sos un
tarado!" o "¡no seas tarado!" eran frecuentes entre los amigos,
en el colegio, en el club.
Y eran sinónimos de
"un poco lento" o "falto de viveza", tal vez. "Falto
de picardía" (esa "viveza" de la calle), quizá.
Otras, como
"demente" o "demencial", se utilizaban como sinónimos de
"absurdo" o "disparatado".
En el caso de
"mente sin mente": ésta es una adquisición de mi madurez, de mi edad
madura (no solo adulta).
La "mente sin
mente" (mushin) es considerada el núcleo del zen y de las artes marciales
japonesas (según una de las definiciones que circulan por ahí), y es un estado
mental en el que la mente no está fijada ni ocupada por ningún pensamiento o
emoción y, por tanto, está conectada con el Cosmos.
"Gil"
(¡qué palabra tan bonita!) viene del lenguaje de los gitanos españoles y andaba
en las letras de los tangos lunfardos que me gustaba escuchar.
Si hacías tal o cual
cosa, corrías el riesgo "de que te bauticen gil", cantaba Edmundo
Rivero.
En fin, con todos
estos términos se identifica el viejo Now (que es quien firma esta poesía).
Y el viejo Now es
ese aspecto de mí (un poco tarado, un poco tonto, un poco gil) un poco
"especial", diría, con el que, a veces, me identifico.
Douglas Wright