Lo que mi birome quiere
Lo que mi birome
quiere,
yo le sigo la
corriente
—dibujando a las
personas,
retratándola a la
gente.
Lo que ve, ella lo
quiere
retratar en el
momento
—solo rayas y más
rayas,
digo, puro
movimiento.
Lo que mi birome
quiere
—digo, mi BIC tinta
negra—,
si yo le presto mi
mano
para que raye el
papel
y retrate lo que
quiera,
yo siento que ella
se ríe
—como que canta y
que baila—,
yo siento que ella
se alegra.
Lo que ella quiere,
yo quiero
—eso es lo que me
parece—,
y a pesar del
Photoshop,
los pinceles y las
Rötring
—los marcadores, las
fibras,
los lápices de
colores—,
nuestra amistad
sigue firme,
nuestra amistad
crece y crece.
Douglas Wright
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Bonus
Desde hace muchos
(muchos, muchos, muchos) años, siempre tengo una birome a mano (en el bolsillo
del pantalón, en el bolsillo del saco, en el portafolios, en la funda de la
raqueta de tenis, al lado de la cama...), una BIC negra de punta gruesa.
Como dibujante, he
experimentado con mil cosas (bueno, con muchas, al menos) buscando distintos
tipos de trazo (he llegado a lijarle la pluma a una lapicera Parker, por
ejemplo), distintas texturas, distinta fluidez de la línea y cosas así.
Pero la birome, esa
que uso para escribir, me ha resultado fantástica para los dibujos rápidos,
espontáneos (esas "capturas de pantalla de la vida", digamos).
¡Y están siempre
disponibles en los kioscos y en las librerías del barrio!
¡ALELUYA!
DW
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