lunes, 26 de febrero de 2024

Hay un cielo allá en el Norte - Intro


Me interesé por el folclore a mis 20 años, más o menos, viniendo yo de los Beatles y del jazz.
 
En casa sonaban Al Jolson, Doris Day, Nat King Cole...
 
A la música de los Beatles (y de toda aquella camada de los años '60) la tocaba y la cantaba en los bailes de la zona sur (Banfield, Lomas, Temperley, Adrogué) con las banditas de garaje que integraba entonces.
 
Leguizamón y Castilla, Tejada Gómez, Falú y Dávalos me ganaron el corazón en aquella época (comienzos de los años '70).
 
Y no solo su música y su poesía, sino también el paisaje, el paisaje del Norte (Salta y Jujuy, en particular, y la Quebrada de Humahuaca, en especial).
 
Nos pasó a muchos, creo, en esa época, enamorarnos de los Carnavales del valle de Lerma, del Tren a las Nubes, de los pueblitos de la Quebrada...
 
Entonces aprendí a tocar y a cantar aquellas canciones, aquellas zambas.
 
A partir de mis 50 años, empecé a escribir mis propias canciones.
 
Al comienzo, canciones para chicos (basadas en las poesías que publicaba en las revistas infantiles en las que colaboraba como ilustrador), y luego, canciones de todo tipo (que expresaban las cuestiones que me interesaban y me concernían).
 
Así empezaron a aparecer algunas que tenían un "airecito" folclórico.
 
Pero yo no vivía en Salta o en Jujuy, así que mis "zambitas" trataban de otros asuntos, de otros paisajes.
 
Y así surgieron "Zambita de la ciudad", "Callecitas de mi barrio", "Cúpulas de Buenos Aires", entre otras.
 
En ésta, "Hay un cielo allá en el Norte", hablo de aquellas regiones, pero como lo que fui, un visitante enamorado.

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Hay un cielo allá en el Norte

Letra y música: Douglas Wright 
 
Hay un cielo allá en el Norte,
camino de la Quebrada,
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada…
 
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada. 
 
Hay un sol y hay una tierra
que le llaman “arenosa”,
jamás había pisado
una tierra más hermosa…
 
jamás había pisado
una tierra más hermosa. 
 
Cielo arriba, Norte adentro,
entre el cerro y la quebrada,
por un pueblito escondido
la vida pasa callada…
 
por un pueblito escondido
la vida pasa callada. 
 
Una capilla de adobe
anda perdida en la sierra
con su techo de cardón
y su vereda de piedra…
 
con su techo de cardón
y su vereda de piedra. 
 
No hay cielo como ese cielo
y no hay tan linda quebrada,
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada…
 
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada. 
 
Cielo arriba, Norte adentro
la tarde alarga su sombra,
la vida pasa callada,
solo el silencio la nombra…
 
la vida pasa callada
solo el silencio la nombra.

 


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