viernes, 4 de octubre de 2024

Los silencios de mi infancia - Demo



Los silencios de mi infancia - Poesía


Pasé los primeros diez años de mi vida (de ésta, al menos) en Santa Fe, donde nací.
 
De los 10 a los 12 viví en Tucumán, de ahí vienen estos recuerdos de mis primeros silencios.
 
Solíamos pasar las vacaciones de verano en una finca situada en Ruiz de los Llanos o Rosario de la Frontera (según de qué lado del límite entre Tucumán y Salta uno se hallase).
 
Un sol aplastante (con mediodías que duraban 4 o 5 horas, parecía), unos cerros bajos y mucho espacio en el que andar.
 
Y soledad, también, por largos ratos ("eternos" ratos).
 
Nada que hacer, nada que ser (salvo, tal vez, "ser" ese silencio mismo).
 
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Unos silencios (fuertes y claros), venidos de 1960-1962, de Tucumán, Tafí del Valle, Rosario de la Frontera, de Salta, Jujuy, la Quebrada... llenaron (estruendosamente) la cortada de mi casa, la cortada de mi balcón, la cortada Amambay.
 
De ahí surgió esta poesía que se hizo canción.
 
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Los silencios de mi infancia
 
Hay un silencio de Salta,
quizá, de Tafí del Valle,
hay un silencio del Norte
que anda rondando mi calle...
que anda rondando mi calle.
 
Los silencios de mi infancia,
aquellos de mi niñez,
andan rondando mi calle,
andan sonando otra vez...
andan sonando otra vez.
 
Creo que en esos silencios,
los silencios de mi infancia,
andaba la eternidad
resonando en la distancia...
resonando en la distancia. 
 
Douglas Wright

 

martes, 1 de octubre de 2024

La soledad me acompaña

 
La soledad me acompaña 
 
La soledad me acompaña,
digo, siempre anda conmigo,
anda rondando mi pecho,
anda rondando mi ombligo.
 
La soledad me acompaña,
mi soledad compañera,
es la última en marcharse
y en llegar, es la primera.
 
La soledad me acompaña
así que nunca ando solo,
esa, creo, es mi manera,
ese, creo, es mi modo. 
 
Douglas Wright



Se me trabucan las cosas



El sueño de los adoquines luminosos

 
El sueño de los adoquines luminosos 
 
(Acerca de un sueño de setiembre de 2024) 
 
En realidad es solo una parte, un fragmento (un "bloque") de un sueño (que constaba de varios).
 
Voy por un camino empedrado, adoquinado.
Voy acompañado por una joven.
Los adoquines son lustrosos (negros y lustrosos) y reflejan una luz hermosa. Es impactante la belleza de eso que está frente a mí: un camino, no muy ancho, por el que transito acompañado (cosa inusual ya que casi siempre ando solo en mis sueños).

 
Pareciera que voy en auto (un auto descapotable) aunque más adelante, cuando llego, el auto no está más. (Pero en mis sueños la cosa es así: NON DUAL —en que SÍ y NO conviven alegremente.)
 
Los adoquines reflejan unas luces brillantes, de colores (como si adelante, al fondo, hubiera un atardecer —que no lo hay).
 
Parecen los colores de un colibrí (unos azules verdosos, petrolíferos, con unos toques de violeta y unos flashes de naranja y amarillo, brillantes, muy brillantes —y alegres, muy alegres también). Tienen algo de esos reflejos que producía la cara plateada de un CD.
 
El camino tiene subidas y bajadas (que hacen que a veces se vean más los adoquines y a veces se vea más el cielo).

 
El tema es que el cielo, atrás, al fondo, es de un blancuzco grisáceo, opaco, deslucido (como de yeso). (¿De dónde viene esa luz brillante que produce esos reflejos maravillosos?)
 
Cuando estamos por llegar, el auto toma una bajada pronunciada y entonces se ve mucho adoquinado (casi como una pared al frente) y muy poco de ese cielo blancuzco.
 
Más allá se ven unas estatuas. Son unos bustos, unas cabezas de personas (grandes, de unos 2 o 3 metros de alto). Son blancas y parecen estar iluminadas desde adentro (como si fueran de algún plástico que dejara traslucir una luz interior).
 
Pasamos caminando al lado de las estatuas-bustos y noto que la parte de atrás está abierta, las cabezas son huecas y en el interior hay un montón de lucecitas encendidas...

 
(Como digo siempre, algunos traen fotos de sus viajes a la Quebrada o a las Cataratas, yo traigo “fotos” de estos lugares por los que ando en mis sueños.)
 
Douglas Wright



viernes, 27 de septiembre de 2024

¡Ah, la cotidianidad!


Me encanta la palabra "cotidianidad" (en vez de aquella "cotidianeidad" más comúnmente utilizada).
 
La rescaté de un libro maravilloso acerca de los haiku escrito por Alberto Silva.
 
Esta poesía es en parte un homenajito a la vida cotidiana, la de cada día, y en parte a esa palabra: cotidianidad.
 
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¡Ah, la cotidianidad!
 
¡Ah, la cotidianidad!,
ese es mi reino, mi mundo,
en ese reino yo ando,
en ese reino me hundo.
 
Las cosas de cada día
van conformando mi vida,
las diminutas tristezas,
las pequeñas alegrías.
 
¡Ah, la cotidianidad!,
es mi mundo, mi universo,
lo grande desde este lado,
lo grande como en reverso.
 
El sol de cada mañana
se asoma por mi ventana,
la luna, sobre los techos,
anda en la noche estrellada.
 
¡Ah, la cotidianidad!,
mi vida de cada día,
ese es mi mundo, mi reino,
es el aire que respiro,
¡es la vida de mi vida!
 
Douglas Wright

 

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Mis macetitas "Walt Whitman"


En mi “Maceta Walt Whitman”
(la maceta que es mi hogar)

En mi “Maceta Walt Whitman”
cultivo hojas de hierba
—yuyitos que da la vida,
yuyitos que da la tierra.

Vienen, no sé de dónde,
crecen, no sé por qué
—por puras ganas, yo pienso,
por puras ganas de ser.

Los yuyitos de la vida
tienen aquí su lugar
—en mi “Maceta Walt Whitman”,
en el balcón de mi casa,
la maceta que es mi hogar.

Douglas Wright



domingo, 22 de septiembre de 2024

Se me "trabucan" las cosas


Hace rato, ya, que aquello que suele llamarse "la realidad" no es sino una de las realidades por las que transito, por las que ando.
 
Me refiero a la realidad del mundo de vigilia (me levanto, preparo el desayuno, hago las compras... y cosas así).
 
Pero, como ya dije antes, varias veces, yo ando también por otros estados: en los sueños, por ejemplo, muy intensamente (muy interesantemente), y en otros estados, al despertar, en los que tendido en la cama boca arriba, con el cuerpo relajado y la mente vacía de "las preocupaciones del día", se me aparecen imágenes (que son visuales y emocionales al mismo tiempo), momentos de mi vida aparentemente insignificantes (aunque "significativos"), "flashes", "flashecitos", como los llamo yo.
 
(Ya he hablado, escrito y reflexionado sobre esto en la sección "En sueños" de mi blog "Otros Douglas".)
 
Aquí va esta "Se me trabucan las cosas" (que se me presentó en forma de milonga —una especie de milonguita "rockera", tal vez—, una todavía por componer).
 
 
Se me "trabucan" las cosas
 
Se me "trabucan" las cosas,
¿qué sé yo?, las realidades,
las memorias, los recuerdos,
los lugares, las edades.
 
Todo se me hace presente
de una manera inminente,
digo, de un momento a otro,
digo, como de repente.
 
Se me mezclan los recuerdos
con las imaginaciones,
se me vienen al instante,
digo como apariciones.
 
Lo de ahora,
lo de antes,
lo cercano,
lo distante.
 
Todo llega
de repente
a mis ojos
y a mi mente.
 
Se me "trabucan" las cosas,
los lugares, los momentos,
¡ah, mis mejores encuentros,
mis peores desencuentros!
 
Sin que yo lo ande buscando,
sin que yo lo ande queriendo,
momentos y más momentos
se me andan apareciendo.
 
Se me presentan revueltos,
se me presentan mezclados,
momentos que se remontan
hasta un remoto pasado.
 
Todo junto,
a toda hora,
lo de antes,
lo de ahora.
 
Todo loco,
delirante,
lo de ahora,
lo de antes.
 
Se me "trabucan" las cosas,
las cosas se me "trabucan",
como que ando medio loco,
como que ando "de la nuca".
 
Todo junto,
a toda hora,
lo de antes,
lo de ahora.
 
Todo loco,
delirante,
lo de ahora,
lo de antes.
 
Douglas Wright
 
 

sábado, 21 de septiembre de 2024

Estamos todos "loquitos"



Estamos todos "loquitos"

 
Estamos todos "loquitos" 
 
Estamos todos "loquitos",
digo, locos de cordura,
se ha perdido la inocencia,
se ha perdido la ternura.
 
La cordura ES la locura,
eso es lo que me parece,
en este mundo en que todo
lo real se desvanece.
 
Estamos todos loquitos,
digo, locos de verdad,
confundimos iconitos,
mensajitos, simbolitos,
con la pura realidad.
 
La cordura ES la locura,
estamos todos loquitos
en este mundo irreal
en el que en lugar de amor,
¡ah, nos llegan mensajitos! 
 
Douglas Wright



 
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Bonus 
 
Estamos todos "loquitos"…
 
Dice la poesía que antecede.
 
Digo "estamos" porque, por supuesto, no me excluyo.
 
Además, esta poesía está llena de palabras totalmente relativas ("totalmente relativas", me gusta eso) como locura, cordura, inocencia, ternura... que seguramente tienen un significado distinto para cada uno (y sería una "locura" pretender que se entiendan como las entiendo yo).
 
¡De todos modos, me di el gusto de escribir estos versitos!
 
(Parte de mis Reflexiones Matutinas.) 
 
DW 
 

viernes, 13 de septiembre de 2024

Zambita de mi balcón


Zambita de mi balcón
 
Letra y música: Douglas Wright 
 
Zambita de mi balcón,
no de las grandes montañas
o las profundas quebradas,
una zambita chiquita,
una zambita de nada. 
 
Zambita de los tejados,
zambita de los balcones,
zambita de los zaguanes,
zambita de los rincones.
 
Zambita del cielo abierto,
aquí, frente a mi balcón,
un cielo a los cuatro vientos
y para toda estación. 
 
Zambita de mi balcón,
una zambita chiquita,
una zambita de poco,
una zambita modesta,
una que a cantar me invita. 
 
Zamba de los pajaritos
en las ramas de los fresnos,
del sol radiante en verano,
de las lluvias en invierno.
 
Zamba de mis alegrías
y también de mis tristezas,
zamba de los ventanales
¡ah, que iluminan mi pieza! 
 
Zambita de mi balcón,
una zambita de nada,
una zambita de todo
y que yo canto a mi modo
en forma de esta tonada.
 
 

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Adagio a mi país (fragmento)


En estos tiempos que corren
se me han venido a la mente
unos versos del “Adagio a mi país”,
de Alfredo Zitarrosa…
 
 
En mi país,
qué tristeza
la pobreza
y el rencor.
 
Dice mi padre que ya llegará
desde el fondo del tiempo otro tiempo
y me dice que el sol brillará
sobre un pueblo que sueña labrando
su verde solar.
 
Tú no pediste
la guerra,
Madre Tierra,
yo lo sé.
 
En mi país,
qué tristeza
la pobreza
y el dolor…
 
 

lunes, 9 de septiembre de 2024

Zambita de mi balcón-Demo


Zambita de mi balcón
 
Letra y música: Douglas Wright 
 
Zambita de mi balcón,
no de las grandes montañas
o las profundas quebradas,
una zambita chiquita,
una zambita de nada. 
 
Zambita de los tejados,
zambita de los balcones,
zambita de los zaguanes,
zambita de los rincones.
 
Zambita del cielo abierto,
aquí, frente a mi balcón,
un cielo a los cuatro vientos
y para toda estación. 
 
Zambita de mi balcón,
una zambita chiquita,
una zambita de poco,
una zambita modesta,
una que a cantar me invita. 
 
Zamba de los pajaritos
en las ramas de los fresnos,
del sol radiante en verano,
de las lluvias en invierno.
 
Zamba de mis alegrías
y también de mis tristezas,
zamba de los ventanales
¡ah, que iluminan mi pieza! 
 
Zambita de mi balcón,
una zambita de nada,
una zambita de todo
y que yo canto a mi modo
en forma de esta tonada.
 
 

viernes, 6 de septiembre de 2024

Mientras dibujo, yo soy



Mientras dibujo, yo soy

 
Mientras dibujo, yo soy 
 
Mientras dibujo, yo soy,
así, creo, es como es
—no porque "yo" lo desee,
no porque me lo proponga,
no porque tenga un propósito
o alguna finalidad
sino porque, simplemente,
¡ah, así parece ser!
 
Cuanto más me lo pregunto
menos respuestas yo tengo
—dibujar y dibujar,
a ese andar yo me atengo.
 
Mientras dibujo, yo soy,
digo, no porque "yo" quiera
—ese "yo" se desvanece,
ese "yo" se desdibuja
a medida que dibujo,
digo, así parece ser,
¡digo, esa es la manera! 
 
Douglas Wright

 
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Bonus
 
Me tira dibujar
 
Me despierto, me duele (un poco) la espalda (como casi siempre), pienso que tengo que hacer un poco de mi "yoga-casero"... sin embargo, me tira "dibujar".
 
ANOTAR, DIBUJAR, REGISTRAR (RETOCAR, COLOREAR, FORMATEAR), PUBLICAR.
 
Parece que esto es así.
Así es como soy.
That's who I am.
 
La casa está sucia.
Yo me mantengo apenas.
Pero mis dibujos, textos y canciones (y mis blogs y mis sitios web...), ah, esos están al día, como se dice o se decía.
 
For No One (como decía aquella canción de los Beatles). Para cada vez menos, me da la impresión.
 
Pero I go on: that's what I do, that's who I am..., parece ser. 
 
DW


viernes, 2 de agosto de 2024

De aquello que aún NO ES



De aquello que aún NO ES

 
De aquello que aún NO ES 
 
Esta es una poesía
de aquello que aún NO ES,
de aquello que anda en lo oscuro,
de aquello que anda en lo ambiguo,
de aquello que anda esperando,
esperando para SER.
 
¡Ah, este es el territorio
de lo que aún no tiene forma!,
de lo que es indefinido,
lo que es indiferenciado,
de aquello, ¿cómo decirlo?,
que la palabra no nombra.
 
Todo el mundo habla de "esto",
todo el mundo habla de "aquello",
pero de lo que NO ES
no se puede decir nada
—decir si es alto o es bajo,
decir si es grande o pequeño,
decir si es feo o es bello.
 
De aquello que aún NO ES,
esta es una poesía;
de lo que no tiene forma,
lo que no tiene sustancia,
lo que no tiene existencia,
de lo que anda en lo oscuro
esperando en el NO SER
a que uno le dé vida. 
 
Douglas Wright



 
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Bonus
 
Lo que vemos es lo que ES (lo que YA ES, lo que YA FUE HECHO).
 
Cuando uno ve la “Noche Estrellada
 de van Gogh, por ejemplo, ya la ve terminada.
 
Cuando uno escucha “Yesterday” de los Beatles, uno la escucha entera, terminada.
 
Cuando uno lee una novela de Philip Marlowe o una historieta del Corto Maltés, ya están ahí, terminadas.
 
Por otra parte yo, creador de "poesías, dibujos y canciones", estoy todo el tiempo en contacto con la otra parte, con el otro aspecto, con el otro lado de la cuestión: lo que todavía NO ES.
 
Hace rato que vengo observando esto, prestándole atención.
 
Uno aprende —nos enseñan— a partir de lo que ES, de lo que YA ESTÁ: que Bach era un músico barroco o que Beethoven era un romántico, que van Gogh era impresionista y Charlie Parker un músico de jazz del bebop... pero mi impresión es que, cuando ellos estaban haciendo lo que hacían, lo estaban haciendo desde lo que todavía no había sido hecho. 
 
(Desde ya no estaban hechas las fugas de Bach, las sinfonías de Beethoven o los trigales de van Gogh.) (Y seguramente el Barroco, el Romanticismo o el Impresionismo no eran lo que son ahora para nosotros.)
 
ELLOS ESTABAN HACIENDO LO QUE TODAVÍA NO ESTABA HECHO. (Lo que todavía no era hasta que luego fue.)
 
Y eso nos pasa a todos los creadores, diría (más allá de la importancia o trascendencia que tenga lo que uno hace).
 
En mi caso (y en lo mío) yo detecto eso que todavía NO ES (y que VA SIENDO). Moviéndose en la oscuridad (por decirlo de algún modo —aunque la cosa no sea oscura y esté a plena luz).
 
Eso que no tiene forma y va tomando forma (lentamente, sinuosamente, a los tanteos...).
 
Es como estar —por un rato, al menos— del otro lado de las cosas, del otro lado de estos procesos que tanto me interesan últimamente, y que tanto me intrigan, también. 
 
DW



miércoles, 31 de julio de 2024

La iglesia de van Gogh

 
La iglesia de van Gogh 
 
Con frecuencia me paro frente a un paisaje (una calle de mi barrio, un sendero del parque) y lo dibujo a birome en unos papelitos que siempre llevo conmigo.
 
El paisaje es "la realidad", digamos, y en mi hoja de papel yo lo retrato como puedo y como quiero (jugando con los trazos, las texturas, las luces y las sombras... y lo que ande en mi estado de ánimo en ese momento).
 
La intención no es "sacarlo" igual, exacto, fotográficamente.
 
De vez en cuando lo que tengo por delante es la reproducción de un cuadro (impresionista, en general) y esa es, entonces, "la realidad" con la que juego con mi birome sobre la hoja de papel (como si estuviera frente a un sendero del parque).
 
Otra vez como quiera y como pueda (no para lograr una copia exacta o fotográfica sino para hacer mi versión libre, juguetona, divertida).
 
En este caso lo que tenía por delante era la que yo llamo "la iglesia de van Gogh" (la iglesia de Auvers-sur-Oise, de Vincent van Gogh). (Me tocó dibujarla para ilustrar una de mis poesías.)
 
Van Gogh es uno de mis personajes favoritos (no solo como pintor sino como escritor) y anda conmigo desde que yo era un muchacho.
 
Esta iglesia siempre me pareció un poco siniestra (aunque no creo que esa fuera su intención al pintarla) y nunca jugué con ella (así como sí lo hice con otras de sus pinturas —sus autorretratos, por ejemplo, de los que hice muchas versiones libres).
 
Lo que me atrajo esta vez (además de la distorsión de la perspectiva y esos trazos como hachazos —que tanto me influenciaron en mis primeras épocas como dibujante) fueron las formas casi orgánicas de este edificio (sus paredes de piedra y sus tejados tienen formas curvas, redondeadas —casi como si se tratara de la osamenta de un animal, diría).
 
En fin, aquí van mis versiones (marcador, marcador y birome, marcador y color en Photoshop).
 
¡Salud, Vincent, una vez más! 
 
Douglas Wright



Una iglesia pobrecita

 
Una iglesia pobrecita 
 
Una iglesia pobrecita,
¿qué sé yo?, destartalada,
con los tejados vencidos
y las paredes de piedra
torcidas, desvencijadas.
 
Una iglesia pobrecita,
casi como un animal
desparramado en la tierra,
agotado, desarmado,
deshecho de tanto andar.
 
Una iglesia pobrecita,
bajo ese cielo nocturno,
durmiendo un sueño callado,
durmiendo un sueño profundo. 
 
Douglas Wright



martes, 30 de julio de 2024

Un átomo indivisible

 
Un átomo indivisible 
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
lo gigante y lo pequeño,
lo visible y lo invisible
—lo cercano y lo lejano,
lo interior y lo exterior—,
el anverso y el reverso.
 
Eso es el universo,
un átomo indivisible;
todo, todo, todo es uno,
lo que es, lo que no es,
lo que fue y ya no es más
—lo probable y lo improbable,
lo posible y lo imposible.
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
a esa idea yo me adhiero,
a ese concepto me adscribo,
de ese modelo del mundo,
¿qué sé yo?, soy un converso. 
 
El viejo Now

 
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Bonus
 
Un átomo indivisible,
eso es el universo;
la única realidad,
eso es la totalidad.
 
(Un versito para Alan Watts
citando a Teilhard de Chardin.)
 
DW 
 

lunes, 22 de julio de 2024

Como un haiku dibujado


Como un haiku dibujado 
 
Como un haiku dibujado
con birome y marcador,
la bandeja de mi almuerzo
sobre mi mesa ratona,
aquí, en mi comedor.
 
Las mandarinas de postre,
la servilleta arrugada,
la copa de vino tinto,
el plato grande, amarillo,
la bandeja colorada.
 
Como un haiku dibujado,
como un haiku occidental,
un dibujo en blanco y negro
capturando este momento
en su esencia elemental. 
 
Douglas Wright


 
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Bonus 
 
Según una de las definiciones que circulan por ahí, los haikus son poemas japoneses muy cortos, tienen solo tres versos y normalmente hablan de temas relacionados con la naturaleza o la vida cotidiana que pasa en un lugar y un momento muy concreto.
 
¿A qué me refiero yo por "haiku" en este caso?
 
A captar el momento (en su inmediatez, digamos).
 
A que el motivo de mi dibujo y de mi poesía sea algo cotidiano (nada grandilocuente, nada solemne, nada importante).
 
A encontrar lo bello en las cosas más pequeñas (más insignificantes, tal vez).
 
 
Yo suelo comer (almorzar y cenar) sobre una hermosa bandeja roja, brillante, apoyada sobre un cubo de madera que hace las veces de mesa ratona ubicada frente a mi sillón.
 
Tengo unos platos grandes de color amarillo (ese que llamaban "color maíz").
 
Ahí estaban, en ese gran plato amarillo, los restos de mi almuerzo (unas cáscaras de mandarina) y mi copa de vino por la mitad.
 
Escuchaba en la computadora a Alan Watts hablar sobre los haikus y se me apareció esta imagen que tenía frente a mí como una especie de "haiku visual".
 
Como un cuadrito post-impresionista, tal vez, o como un poster de Toulouse, quizá (con colores planos, plenos, intensos, vibrantes).
 
¡Viva la bandeja de mi almuerzo, el plato amarillo, las cáscaras de mandarina, mi copita de vino!
 
¡Vivan los dibujitos espontáneos y los textitos que los acompañan! 
 
DW


Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado

 
Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado 
 
Estamos adoctrinados para "sujeto, verbo y predicado". (Sujeto, verbo y objeto, me gusta más.)
 
A veces (con frecuencia) en mis sueños, las cosas no son así: hay sujeto sin verbo o sin predicado. No hay historia que empieza, se desarrolla y termina.
 
Tampoco hay antes y después (a veces el después también estuvo antes que el antes —en ambos "lugares" simultáneamente, por decirlo de alguna manera).
 
Y no es que "yo no veo" el final de la historia (como si el final quedara fuera del foco de mi sueño, de la narración de mi sueño) sino que, tal vez, no hay final (la historia de mi sueño "no tiene" final).
 
No hay "resolución" de la historia.
 
Lo mismo ocurre con los espacios: empiezan pero tal vez no terminan. (O terminan pero tal vez no empezaron...)
 
Y no es que no haya lógica (por decirlo de alguna manera) sino que la lógica es otra.
 
Y no es que no haya narrativa sino que, también, la narrativa es otra.
 
"¿Y laneda?"... (la "aneda", como decíamos cuando éramos chicos, la anécdota), pensaba yo al registrar este sueño.
 
¿Dónde está la anécdota? Tal vez no la hay. (Desde ya, no hay "moraleja".) Tal vez no hay conclusión sino solo devenir.
 
Yo, que ando en esto de escribir, le di una especie de "cierre" a la poesía (con eso de que tal vez nos veamos en otro sueño), pero tal vez no hay cierre, tal vez no nos volvamos a ver el pájaro y yo.
 
Tal vez no hay "CHÁN CHÁN", como en el tango, sino un "fade-out", como en aquellas primeras canciones de los Beatles que se iban desvaneciendo hasta desaparecer (y que uno se apuraba en hacerlas sonar de nuevo, una y otra vez). 
 
Douglas Wright



domingo, 21 de julio de 2024

Un gran pájaro gigante

 
Un gran pájaro gigante
 
(Acerca del pájaro que vi en un sueño)
 
Julio 2024 
 
Un gran pájaro gigante,
como un águila plateada,
anda volando en el cielo
justo atrás de una bandada.
 
Un gran pájaro gigante
entra por un tragaluz,
tiene el plumaje plateado
con unos tintes de azul.
 
Un gran pájaro gigante
con un pico puntiagudo
mete miedo con su aspecto
(me hace sentir diminuto,
me hace sentir inseguro).
 
Un gran pájaro gigante
me mira fijo a los ojos,
nos miramos desafiantes
(aunque yo me siento débil,
aunque yo me siento flojo).
 
Un gran pájaro gigante,
no sé qué quiere de mí;
¿tiene algo que decirme?,
¿algo me quiere decir?
 
Un gran pájaro gigante:
¿nos veremos nuevamente
en alguno de mis sueños,
en los sueños de mi mente? 
 
Douglas Wright