Producto de una extraordinaria vagancia (o extraordinario producto de una vagancia).
“Hojas de hierba”, de Walt Whitman, por ejemplo.
sábado, 18 de diciembre de 2010
jueves, 16 de diciembre de 2010
Holgasano
Holgazán saludable, es decir: que posee una saludable holgazanería.
Como la de Walt Whitman, por ejemplo.
“Apartado de presiones y arranques se levanta lo que soy.
Se levanta divertido, complaciente, comprensivo, holgazán, unitario.”
En la ilustración, uno de los integrantes de la Ciclopedia realizando el trabajo de campo para esta palabra...
Como la de Walt Whitman, por ejemplo.
“Apartado de presiones y arranques se levanta lo que soy.
Se levanta divertido, complaciente, comprensivo, holgazán, unitario.”
En la ilustración, uno de los integrantes de la Ciclopedia realizando el trabajo de campo para esta palabra...
viernes, 12 de noviembre de 2010
Me río
Me uno al rio (me hago uno con el río, soy uno con el río).
¿Con qué río?, preguntará alguno.
Con el río de la vida.
¿Y cómo se hace eso?, preguntará otro.
Sonriendo.
Alguno de los integrantes de la Ciclopedia lo hace navegando en el barco que es su casa, y lo expresa en la poesía “Mi casa es como un barco”.
Veamos...
Mi casa es como un barco
Mi casa es como un barco,
un barco de madera;
la calle es como el mar,
la costa es la vereda.
En mi barco yo navego
por el mar de la mañana;
el sol que brilla en el cielo
se mete por la ventana.
Mi casa es como un barco,
que anda por la vida;
la calle es mar tranquilo,
mar bravo es la avenida.
En mi barco yo navego
por el mar del mediodía;
navego un mar de aventura,
navego un mar de alegría.
Mi casa es como un barco,
un barco de papel;
yo soy el capitán,
yo soy el timonel.
En mi barco yo navego
por el cielo de la tarde;
el cielo está todo rojo,
el mar parece que arde.
Mi casa es como un barco,
el balcón, la cubierta;
de noche anda mi barco
por la calle desierta.
En mi barco yo navego
por la noche que es un mar;
cierro los ojos y en sueños
nos vamos a navegar.
jueves, 28 de octubre de 2010
Desdichos
Los Desdichos solían ser versiones desafortunadas de dichos populares. Dicho de otro modo: dichos desdichados.
El desdicho de hoy, en cambio, desdice (dichosamente, decimos) a uno de los dichos clásicos.
“Somos Nada.” (Sí, sí: “Nada” con mayúscula.)
Si el dicho popular “No somos nada” parece referirse a lo insignificantes que somos, el Desdicho “Somos Nada” (“Nada” con mayúscula) se refiere a que no somos una cosa, a que no somos cosas o, mejor dicho, a que somos no-cosas.
Dicho de otro modo (y dicho en otro idioma), somos “nothing”, es decir: somos “no-thing”.
Porque estamos vivos, dirá alguno...
Porque no somos cosas sino procesos, dirá otro...
Porque no somos materia sino energía que fluye, agregará otro más...
Nada, nada de eso, decimos nosotros (queriendo decir: sí, sí, exactamente todo eso).
El desdicho de hoy, en cambio, desdice (dichosamente, decimos) a uno de los dichos clásicos.
“Somos Nada.” (Sí, sí: “Nada” con mayúscula.)
Si el dicho popular “No somos nada” parece referirse a lo insignificantes que somos, el Desdicho “Somos Nada” (“Nada” con mayúscula) se refiere a que no somos una cosa, a que no somos cosas o, mejor dicho, a que somos no-cosas.
Dicho de otro modo (y dicho en otro idioma), somos “nothing”, es decir: somos “no-thing”.
Porque estamos vivos, dirá alguno...
Porque no somos cosas sino procesos, dirá otro...
Porque no somos materia sino energía que fluye, agregará otro más...
Nada, nada de eso, decimos nosotros (queriendo decir: sí, sí, exactamente todo eso).
martes, 26 de octubre de 2010
“Ser y no ser, ésa es la cuestión...”
Adaptación del monólogo de Hamlet a la filosofía oriental.
(Por eso de que los polos opuestos se engendran mutuamente, tal vez... Y por eso de que no puede existir un polo sin el otro, quizá... Y también por eso de que los polos opuestos forman una unidad, seguramente...)
viernes, 1 de octubre de 2010
Hermúsica
Música hermosa.
¿Cuál?
Casi toda, diríamos (al menos: mucha... pero mucha, mucha).
Para nosotros, de Sinatra al Dúo Salteño, pasando por Bill Evans, por ejemplo...
...Y la guitarra flamenca de Rafael Cortés, y la guitarra folclórca de Juan Falú, y el piano mínimo de Eric Satie... y Jobim y Joao en Brasil, y Sabina y Serrat en España...
¡Y los Beatles!... en todos lados...
Y mucha Hermúsica más: los cuartetos de cuerda de Hydn, por ejemplo, y los quintetos de Brahms, y las Suites para chelo de Bach... en fin, la lista es larguísima (interminable, diríamos), para nosotros, al menos.
(Chet Baker Baker cantando y tocando la tompeta, Omar Moreno Palacios y su guitarra endiablada, Telemann, en otoño...)
Pero la más hermosa de todas las Hermúsicas: aquella que canta uno mismo (en la ducha, por ejemplo, o en el parque), sin que tenga ninguna importancia si uno lo hace bien o lo hace mal...
¿Cuál?
Casi toda, diríamos (al menos: mucha... pero mucha, mucha).
Para nosotros, de Sinatra al Dúo Salteño, pasando por Bill Evans, por ejemplo...
...Y la guitarra flamenca de Rafael Cortés, y la guitarra folclórca de Juan Falú, y el piano mínimo de Eric Satie... y Jobim y Joao en Brasil, y Sabina y Serrat en España...
¡Y los Beatles!... en todos lados...
Y mucha Hermúsica más: los cuartetos de cuerda de Hydn, por ejemplo, y los quintetos de Brahms, y las Suites para chelo de Bach... en fin, la lista es larguísima (interminable, diríamos), para nosotros, al menos.
(Chet Baker Baker cantando y tocando la tompeta, Omar Moreno Palacios y su guitarra endiablada, Telemann, en otoño...)
Pero la más hermosa de todas las Hermúsicas: aquella que canta uno mismo (en la ducha, por ejemplo, o en el parque), sin que tenga ninguna importancia si uno lo hace bien o lo hace mal...
viernes, 24 de septiembre de 2010
La Cultura Accidental
Es la cultura en la que nos tocó en suerte -o en mala suerte- nacer y crecer.
Para nosotros: la cultura occidental.
¿Y cómo es esa cultura en la que nos tocó en suerte nacer?, preguntará alguno...
Una cultura que valora demasiado el pensamiento verbal, el pensamiento lineal (y que confunde los nombres de las cosas y las personas con las cosas y las personas en sí -y las descripciones del mundo, con el mundo real), responderá otro.
Una cultura que nos separa de nuestro entorno natural y nos hace temerlo, dominarlo y destruirlo (y que está fascinada con la misma tecnología que lo está destruyendo), agregará.
Y seguirá agregando hasta el final...
Una cultura que valora más lo aprendido en los libros que lo descubierto por uno mismo.
Una cultura que le da más importancia a la persecución de lo que uno quiere ser que al descubrimiento de lo que uno realmente es.
Una cultura que le da más importancia al pasado y al futuro que al presente (y sacrifica el presente cultivando el pasado y planificando el futuro).
Una cultura que se da por verdadera sólo porque está instalada (instalada en todos lados).
Una cultura que se da por sentada (porque está sentada dentro de uno).
Para nosotros: la cultura occidental.
¿Y cómo es esa cultura en la que nos tocó en suerte nacer?, preguntará alguno...
Una cultura que valora demasiado el pensamiento verbal, el pensamiento lineal (y que confunde los nombres de las cosas y las personas con las cosas y las personas en sí -y las descripciones del mundo, con el mundo real), responderá otro.
Una cultura que nos separa de nuestro entorno natural y nos hace temerlo, dominarlo y destruirlo (y que está fascinada con la misma tecnología que lo está destruyendo), agregará.
Y seguirá agregando hasta el final...
Una cultura que valora más lo aprendido en los libros que lo descubierto por uno mismo.
Una cultura que le da más importancia a la persecución de lo que uno quiere ser que al descubrimiento de lo que uno realmente es.
Una cultura que le da más importancia al pasado y al futuro que al presente (y sacrifica el presente cultivando el pasado y planificando el futuro).
Una cultura que se da por verdadera sólo porque está instalada (instalada en todos lados).
Una cultura que se da por sentada (porque está sentada dentro de uno).
lunes, 20 de septiembre de 2010
Desdichos
Los Desdichos solían ser versiones desafortunadas de dichos populares. Dicho de otro modo: dichos desdichados.
El desdicho de hoy, en cambio, es una versión dichosa de uno de los clásicos.
“Un abrazo vale por mil palabras.”
Si el dicho clásico “una imagen vale por mil palabras” parece indicar que un tipo de símbolo equivale a mil símbolos de otro tipo (que un símbolo no verbal equivale a mil símbolos verbales, digamos), este Desdicho -“un abrazo vale por mil palabras”- parece decirnos que una acción real vale por mil símbolos.
Por mil símbolos de cualquier tipo, dirá uno.
Entonces, también es válido el Desdicho “un abrazo vale por mil imágenes”, dirá otro.
Sí, sí, decimos nosotros (a uno y a otro).
(El ilustrador parece querer decirnos: “un abrazo para cada Desdicho, entonces”...)
El desdicho de hoy, en cambio, es una versión dichosa de uno de los clásicos.
“Un abrazo vale por mil palabras.”
Si el dicho clásico “una imagen vale por mil palabras” parece indicar que un tipo de símbolo equivale a mil símbolos de otro tipo (que un símbolo no verbal equivale a mil símbolos verbales, digamos), este Desdicho -“un abrazo vale por mil palabras”- parece decirnos que una acción real vale por mil símbolos.
Por mil símbolos de cualquier tipo, dirá uno.
Entonces, también es válido el Desdicho “un abrazo vale por mil imágenes”, dirá otro.
Sí, sí, decimos nosotros (a uno y a otro).
(El ilustrador parece querer decirnos: “un abrazo para cada Desdicho, entonces”...)
viernes, 17 de septiembre de 2010
Cool-to
Culto canchero.
Culto piola.
Culto cool.
Para nosotros, los de la Ciclopedia: Alan Watts.
¿Y para ustedes?
(Tal vez Bertrand Russell haya sido un tipo así, y tal vez Humberto Eco lo sea, no lo sabemos con certeza.)
(Shakespeare lo hubiera sido, sin duda, de haber sido un tipo culto...)
lunes, 6 de septiembre de 2010
El Tú
El “Yo” del otro, de los otros (de cada uno de los otros, digamos).
Al igual que el “Yo” (que es el Tú de uno mismo), el Tú es, al parecer, una ficción (una ficción social, digamos).
El Tú es algo que el otro cree ser, y que cambia cuando el otro cree que es otra cosa (otra no cosa, digamos).
¿Y quién inventó el Tú?, preguntará alguno.
El mismo que inventó el “Yo”, responderá otro.
Tal vez el Tú y el “Yo” sean la misma cosa (no cosa) vista desde dos lados distintos (desde tu lado y desde mi lado, digamos), agregará otro más.
¿Será que tú y yo no sólo somos parecidos sino que, en algún sentido, somos iguales, somos la misma no cosa?
(Tú = “Yo”, digamos.)
Entonces: ”Ser tu Tú o no ser tu Tú” parece ser la cuestión...
Tútear
Acción de ver el “Yo” del otro en vez del Tú de uno mismo.
O un intento de ver el “Yo” de uno mismo desde afuera, separado de uno mismo (como si ese “Yo” fuese un Tú, digamos).
Una acción que separa en vez de unir, dirá alguno.
Que oscurece en vez de aclarar, dirá otro.
Esta vez no tengo nada que agregar, agregará otro más.
Nótese que los únicos que proyectan una sombra (sólida, real) sobre el piso son los dos personajes (sólidos, reales -de “carne y hueso”, digamos).
Nótese, también, cómo el ilustrador ha conseguido la ilusión óptica de la disolución de la ilusión del Tú y el “Yo” con un lápiz 0.5 y un marcador 0.4 (tan sólo 0.9 en total, digamos).
jueves, 2 de septiembre de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
martes, 4 de mayo de 2010
In-culto
Hombre sabio, el In-culto ve más allá de lo que su cultura
le permite ver (o de lo que su cultura no le permite ver).
Si el hombre culto ve todo teñido por el filtro
de condicionamiento que le ha impuesto su cultura,
el hombre In-culto ve más allá de ese filtro.
“Ve más allá de las palabras”, dirá alguno.
“Ve más allá de las ideas”, dirá otro.
“Ve lo que es”, dirá otro más.
“Algo así”, decimos nosotros.
(Mientras tanto, el In-culto calla...)
le permite ver (o de lo que su cultura no le permite ver).
Si el hombre culto ve todo teñido por el filtro
de condicionamiento que le ha impuesto su cultura,
el hombre In-culto ve más allá de ese filtro.
“Ve más allá de las palabras”, dirá alguno.
“Ve más allá de las ideas”, dirá otro.
“Ve lo que es”, dirá otro más.
“Algo así”, decimos nosotros.
(Mientras tanto, el In-culto calla...)
miércoles, 21 de abril de 2010
La luna es sólo una
----
La luna está en el cielo;
la luna está en el suelo.
El cielo, arriba, oscuro;
el suelo, abajo, duro.
La luna, arriba, brilla;
la luna, abajo, chilla.
Arriba, luna llena;
abajo, luna en pena.
Se juntan, luna y luna,
y forman sólo una.
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La luna está en el cielo;
la luna está en el suelo.
El cielo, arriba, oscuro;
el suelo, abajo, duro.
La luna, arriba, brilla;
la luna, abajo, chilla.
Arriba, luna llena;
abajo, luna en pena.
Se juntan, luna y luna,
y forman sólo una.
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Etiquetas:
Poesías
jueves, 1 de abril de 2010
Como el Orto-grafía
Ortografía de las computadoras; más específicamente:
correcciones ortográficas de los programas
de las computadoras (el Word, por ejemplo).
Si en la ficción de Terminator las computadoras
tomaban el control de todo, en la realidad
ya han tomado el control de las palabras.
correcciones ortográficas de los programas
de las computadoras (el Word, por ejemplo).
Si en la ficción de Terminator las computadoras
tomaban el control de todo, en la realidad
ya han tomado el control de las palabras.
viernes, 19 de marzo de 2010
D-espacio
Espacio que surge cuando no hay apuro (o mejor dicho,
cuando hay no-apuro), el D-espacio surge de la tranquilidad,
del hacer las cosas (y las no-cosas) en el tiempo justo,
en el tiempo que les corresponde (fuera del tiempo, diría alguno
-sin el apremio del tiempo, diría otro).
(¿El D-espacio es un espacio que proviene del tiempo, entonces?)
En el D-espacio, sin que uno se dé cuenta, las cosas
(y las no-cosas) se hacen por sí mismas.
Los dos pasos de la ilustración muestran la creación del mundo
(del jardín, al menos) según el Jardinero Mágico...
...Que parece ir cantando “La Canción del Jardinero Mágico”,
esa que dice:
“El Jardinero camina
para arriba y para abajo;
caminar por el jardín
parece ser su trabajo...”
cuando hay no-apuro), el D-espacio surge de la tranquilidad,
del hacer las cosas (y las no-cosas) en el tiempo justo,
en el tiempo que les corresponde (fuera del tiempo, diría alguno
-sin el apremio del tiempo, diría otro).
(¿El D-espacio es un espacio que proviene del tiempo, entonces?)
En el D-espacio, sin que uno se dé cuenta, las cosas
(y las no-cosas) se hacen por sí mismas.
Los dos pasos de la ilustración muestran la creación del mundo
(del jardín, al menos) según el Jardinero Mágico...
...Que parece ir cantando “La Canción del Jardinero Mágico”,
esa que dice:
“El Jardinero camina
para arriba y para abajo;
caminar por el jardín
parece ser su trabajo...”
Resol-Ver
Acción o acto de resolver una cuestión o un problema
-un reto, un desafío- con sólo mirarlo, con sólo observarlo,
con sólo verlo.
¡Uf!... Vamos de nuevo...
Acción de resolver un problema con sólo verlo.
En el Resol-Ver, ver ya es resolver.
(¿Pueden verlo?)
En el Resol-Ver, la acción se produce espontáneamente,
sin elección (la acción se hace en uno, podría decir alguno;
la acción es uno, podría decir otro -o el mismo).
Al parecer, la cosa no es “ver para creer”
sino: “ver para hacer”.
(No sé si pueden verlo...)
-un reto, un desafío- con sólo mirarlo, con sólo observarlo,
con sólo verlo.
¡Uf!... Vamos de nuevo...
Acción de resolver un problema con sólo verlo.
En el Resol-Ver, ver ya es resolver.
(¿Pueden verlo?)
En el Resol-Ver, la acción se produce espontáneamente,
sin elección (la acción se hace en uno, podría decir alguno;
la acción es uno, podría decir otro -o el mismo).
Al parecer, la cosa no es “ver para creer”
sino: “ver para hacer”.
(No sé si pueden verlo...)
martes, 9 de marzo de 2010
Sujetivismo
Creencia generalizada de que el sujeto es algo separado de la acción que ejerce sobre un objeto.
Sujetar
Acción de separar mediante el lenguaje (en sujeto, verbo y objeto) al sujeto de la acción con la que forma, pensamos, un todo inseparable.
(Para los de la Ciclopedia, esto es algo totalmente objetable.)
Es como si en “yo amo a María”, por ejemplo, “yo” no fuese lo mismo que “el amor que siento por María” (como si “yo” y “el amor que siento por María” fuesen cosas separadas, diferentes)...
Qué lenguaje loco éste que nos separa de la acción y genera, de algún modo, la ilusión de que el sujeto es dueño de la acción que ejerce, y algo separado de ella.
En un ataque de bronca o de celos, por ejemplo (como en el de “yo odio a Pedro” -entre otras cosas porque él también ama a María, suponemos), ¿no es el sujeto objeto de la acción del verbo, en todo caso?
Si esto del Sujetivismo es tan subjetivo -pensará alguno-, ¿qué objeto tiene predicarlo?
Y ahora, a modo de demostración final, nosotros y la acción de irnos somos la misma cosa.
Sujetar
Acción de separar mediante el lenguaje (en sujeto, verbo y objeto) al sujeto de la acción con la que forma, pensamos, un todo inseparable.
(Para los de la Ciclopedia, esto es algo totalmente objetable.)
Es como si en “yo amo a María”, por ejemplo, “yo” no fuese lo mismo que “el amor que siento por María” (como si “yo” y “el amor que siento por María” fuesen cosas separadas, diferentes)...
Qué lenguaje loco éste que nos separa de la acción y genera, de algún modo, la ilusión de que el sujeto es dueño de la acción que ejerce, y algo separado de ella.
En un ataque de bronca o de celos, por ejemplo (como en el de “yo odio a Pedro” -entre otras cosas porque él también ama a María, suponemos), ¿no es el sujeto objeto de la acción del verbo, en todo caso?
Si esto del Sujetivismo es tan subjetivo -pensará alguno-, ¿qué objeto tiene predicarlo?
Y ahora, a modo de demostración final, nosotros y la acción de irnos somos la misma cosa.
lunes, 22 de febrero de 2010
In-pensable
Aquello que el pensamiento no puede pensar.
(Aquello en lo que el pensamiento no puede penetrar. Aquello en lo que el pensamiento no tiene cabida.)
¿Y qué es eso?
¿Y cómo hacer para percibirlo, para verlo?
La cosa es simple (aunque no fácil para los que fuimos educados en el mundo de los pensamientos, de las palabras, de las ideas...); la cosa es simple, decíamos: dejar de pensar.
¿Y se puede hacer algo así?
Pensamos que sí...
(¡Ups!)
(Aquello en lo que el pensamiento no puede penetrar. Aquello en lo que el pensamiento no tiene cabida.)
¿Y qué es eso?
¿Y cómo hacer para percibirlo, para verlo?
La cosa es simple (aunque no fácil para los que fuimos educados en el mundo de los pensamientos, de las palabras, de las ideas...); la cosa es simple, decíamos: dejar de pensar.
¿Y se puede hacer algo así?
Pensamos que sí...
(¡Ups!)
Desdichos
Los Desdichos son versiones desafortunadas de dichos populares. Dicho de otro modo: dichos desdichados.
Aunque, también -y cada vez con más frecuencia-, los Desdichos son dichos que desdicen a los dichos tradicionales, a los que cada vez damos menos por sentado.
"A las palabras no se las lleva el viento."
Ojalá se las llevara el viento (a algunas palabras, al menos -ésas que nos lastiman, ésas que nos causan dolor...); pero no, se quedan ahí para siempre (o casi), y andan siempre (o casi) dando vueltas en nuestra cabeza.
Dicen por ahí que “el olvido es tan importante como el recuerdo”; entonces proponemos un ejercicio: generar un viento interior que se lleve a esas palabras para siempre...
(Nótese que, como una reafirmación de este Desdicho, la firma del ilustrador: voló.)
Aunque, también -y cada vez con más frecuencia-, los Desdichos son dichos que desdicen a los dichos tradicionales, a los que cada vez damos menos por sentado.
"A las palabras no se las lleva el viento."
Ojalá se las llevara el viento (a algunas palabras, al menos -ésas que nos lastiman, ésas que nos causan dolor...); pero no, se quedan ahí para siempre (o casi), y andan siempre (o casi) dando vueltas en nuestra cabeza.
Dicen por ahí que “el olvido es tan importante como el recuerdo”; entonces proponemos un ejercicio: generar un viento interior que se lleve a esas palabras para siempre...
(Nótese que, como una reafirmación de este Desdicho, la firma del ilustrador: voló.)
sábado, 20 de febrero de 2010
Descompuestas
Palabras que no funcionan.
¿Cuales?
Todas (es decir: ninguna -y ya empezamos, parece).
La cosa es simple:
las Descompuestas
se dicen de un modo
y se escuchan de otro.
En supersíntesis: “el teléfono descompuesto” lo está siempre, porque lo que está descompuesto no es el teléfono en sí sino las palabras que se usan para hablar por él, ¿no?: esas queridas, preciadas y tan valoradas Descompuestas.
¿Está claro?
Esperamos que no, si no todo el sentido de esta palabra se habrá perdido -y serán las Descompuestas las que se habrán Descompuesto... (¡Uf!)
¿Cuales?
Todas (es decir: ninguna -y ya empezamos, parece).
La cosa es simple:
las Descompuestas
se dicen de un modo
y se escuchan de otro.
En supersíntesis: “el teléfono descompuesto” lo está siempre, porque lo que está descompuesto no es el teléfono en sí sino las palabras que se usan para hablar por él, ¿no?: esas queridas, preciadas y tan valoradas Descompuestas.
¿Está claro?
Esperamos que no, si no todo el sentido de esta palabra se habrá perdido -y serán las Descompuestas las que se habrán Descompuesto... (¡Uf!)
Palabra sería
Palabra que no se toma a sí misma en serio, la Palabra sería se burla de sí misma, en serio.
“El único modo en que podemos tomarnos en serio a las palabras es cuando no las tomamos en serio”, dicen los redactores de la Ciclopedia.
“Éstas son mis convicciones. Si no le gustan, tengo otras”, decía Groucho Marx.
Y, también: “Jamás sería socio de un club que me aceptara a mí como socio”...
Ahh... ¿Qué sería de la vida sin la Palabra sería?
“El único modo en que podemos tomarnos en serio a las palabras es cuando no las tomamos en serio”, dicen los redactores de la Ciclopedia.
“Éstas son mis convicciones. Si no le gustan, tengo otras”, decía Groucho Marx.
Y, también: “Jamás sería socio de un club que me aceptara a mí como socio”...
Ahh... ¿Qué sería de la vida sin la Palabra sería?
martes, 2 de febrero de 2010
Fortyficarse
Hacerse uno cuarenta veces más fuerte
(no por encerrarse en un fuerte sino, justamente,
por salir de él).
(Por relacionarse uno amorosamente con los demás
-que son también uno, diría alguno.)
El ilustrador se disculpa porque el personaje grande
no es cuarenta veces más grande que el personaje chico
sino sólo treintaysiete veces y media, y la diferencia
entre los trazos utilizados en uno y otro caso es sólo
de dos veces y media (el hecho de que la suma
de estas dos cifras -treintaysiete y medio y dos y medio-
dé como resultado cuarenta, es pura coincidencia).
(no por encerrarse en un fuerte sino, justamente,
por salir de él).
(Por relacionarse uno amorosamente con los demás
-que son también uno, diría alguno.)
El ilustrador se disculpa porque el personaje grande
no es cuarenta veces más grande que el personaje chico
sino sólo treintaysiete veces y media, y la diferencia
entre los trazos utilizados en uno y otro caso es sólo
de dos veces y media (el hecho de que la suma
de estas dos cifras -treintaysiete y medio y dos y medio-
dé como resultado cuarenta, es pura coincidencia).
Residencia Real
No, no se trata de la casa de los reyes sino del lugar
donde reside lo real, donde habita lo que es real;
en otras palabras: el reino de “lo que es”.
¿Y dónde queda éso?, preguntará alguno...
Tal vez en el silencio (decididamente, no en la palabra
-tan simbólica ella).
¿Y en la palabra “silencio”?, preguntará otro...
Hmmm, respondemos nosotros.
Y como nos gusta cada vez más hacerle la corte
a esta Residencia Real, la cortamos aquí,
y realmente nos callamos...
Noten cómo el ilustrador, en sintonía con el texto,
no utilizó palabras para graficar el silencio
(el clásico SHHH, por ejemplo.)
donde reside lo real, donde habita lo que es real;
en otras palabras: el reino de “lo que es”.
¿Y dónde queda éso?, preguntará alguno...
Tal vez en el silencio (decididamente, no en la palabra
-tan simbólica ella).
¿Y en la palabra “silencio”?, preguntará otro...
Hmmm, respondemos nosotros.
Y como nos gusta cada vez más hacerle la corte
a esta Residencia Real, la cortamos aquí,
y realmente nos callamos...
Noten cómo el ilustrador, en sintonía con el texto,
no utilizó palabras para graficar el silencio
(el clásico SHHH, por ejemplo.)
lunes, 1 de febrero de 2010
miércoles, 20 de enero de 2010
Jacarandácagar
Árbol maldecidor, el Jacarandácagar es una variedad
del jacarandá que, muy específicamente:
te manda a cagar.
Una canción infantil anónima le rinde homenaje a este
simpático arbolito (¿quién no recuerda los versos
“Al Este y al Oeste, andá a cagar...”?), y nosotros
le rendimos homenaje a esta palabra injustamente
postergada, y a su creador: Dickie Keller.
del jacarandá que, muy específicamente:
te manda a cagar.
Una canción infantil anónima le rinde homenaje a este
simpático arbolito (¿quién no recuerda los versos
“Al Este y al Oeste, andá a cagar...”?), y nosotros
le rendimos homenaje a esta palabra injustamente
postergada, y a su creador: Dickie Keller.
viernes, 1 de enero de 2010
La Reality: Un Show
Sin recurrir a las manipulaciones de los Reality Shows,
la realidad se encarga -a cada rato- de mostrarnos
que ella misma es un show.
Hoy: Un cartel del Botánico...
Además de estar lleno de plantas (añosas, maravillosas)
y de gatos, el Jardín Botánico de la ciudad de Buenos Aires
está lleno de carteles.
Algunos, chiquitos, indican los nombres de las plantas
(en ese latín que tenemos un poco olvidado); otros, más grandes,
el nombre del sector (o jardín) en el que uno se encuentra
(y, realmente, en esos sectores o jardines: “uno se encuentra”).
Nos llamó la atención uno muy antiguo
(como casi todo lo que hay en Botánico),
de hierro labrado pintado de verde oscuro
(como aquellos que indicaban los nombres de las plazas)
al que le faltaba el fondo (esa placa blanca, enlozada,
que llevaba escrito aquello que el cartel indicaba).
En su lugar, en el agujero que quedaba en forma de ventanita,
se podían ver -no en letra mayúscula, no en latín,
sí con una elocuencia maravillosa-:
las ramas y las hojas de una planta.
Ah... si ésta no es La Reality, La Reality ¿dónde está?,
pensamos nosotros...
la realidad se encarga -a cada rato- de mostrarnos
que ella misma es un show.
Hoy: Un cartel del Botánico...
Además de estar lleno de plantas (añosas, maravillosas)
y de gatos, el Jardín Botánico de la ciudad de Buenos Aires
está lleno de carteles.
Algunos, chiquitos, indican los nombres de las plantas
(en ese latín que tenemos un poco olvidado); otros, más grandes,
el nombre del sector (o jardín) en el que uno se encuentra
(y, realmente, en esos sectores o jardines: “uno se encuentra”).
Nos llamó la atención uno muy antiguo
(como casi todo lo que hay en Botánico),
de hierro labrado pintado de verde oscuro
(como aquellos que indicaban los nombres de las plazas)
al que le faltaba el fondo (esa placa blanca, enlozada,
que llevaba escrito aquello que el cartel indicaba).
En su lugar, en el agujero que quedaba en forma de ventanita,
se podían ver -no en letra mayúscula, no en latín,
sí con una elocuencia maravillosa-:
las ramas y las hojas de una planta.
Ah... si ésta no es La Reality, La Reality ¿dónde está?,
pensamos nosotros...
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