viernes, 1 de octubre de 2010

Hermúsica

Música hermosa.

¿Cuál?

Casi toda, diríamos (al menos: mucha... pero mucha, mucha).

Para nosotros, de Sinatra al Dúo Salteño, pasando por Bill Evans, por ejemplo...

...Y la guitarra flamenca de Rafael Cortés, y la guitarra folclórca de Juan Falú, y el piano mínimo de Eric Satie... y Jobim y Joao en Brasil, y Sabina y Serrat en España...

¡Y los Beatles!... en todos lados...

Y mucha Hermúsica más: los cuartetos de cuerda de Hydn, por ejemplo, y los quintetos de Brahms, y las Suites para chelo de Bach... en fin, la lista es larguísima (interminable, diríamos), para nosotros, al menos.

(Chet Baker Baker cantando y tocando la tompeta, Omar Moreno Palacios y su guitarra endiablada, Telemann, en otoño...)



Pero la más hermosa de todas las Hermúsicas: aquella que canta uno mismo (en la ducha, por ejemplo, o en el parque), sin que tenga ninguna importancia si uno lo hace bien o lo hace mal...

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