Hacerse uno cuarenta veces más fuerte
(no por encerrarse en un fuerte sino, justamente,
por salir de él).
(Por relacionarse uno amorosamente con los demás
-que son también uno, diría alguno.)
El ilustrador se disculpa porque el personaje grande
no es cuarenta veces más grande que el personaje chico
sino sólo treintaysiete veces y media, y la diferencia
entre los trazos utilizados en uno y otro caso es sólo
de dos veces y media (el hecho de que la suma
de estas dos cifras -treintaysiete y medio y dos y medio-
dé como resultado cuarenta, es pura coincidencia).
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