lunes, 22 de julio de 2024

Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado

 
Reflexiones sobre el sueño del gran pájaro plateado 
 
Estamos adoctrinados para "sujeto, verbo y predicado". (Sujeto, verbo y objeto, me gusta más.)
 
A veces (con frecuencia) en mis sueños, las cosas no son así: hay sujeto sin verbo o sin predicado. No hay historia que empieza, se desarrolla y termina.
 
Tampoco hay antes y después (a veces el después también estuvo antes que el antes —en ambos "lugares" simultáneamente, por decirlo de alguna manera).
 
Y no es que "yo no veo" el final de la historia (como si el final quedara fuera del foco de mi sueño, de la narración de mi sueño) sino que, tal vez, no hay final (la historia de mi sueño "no tiene" final).
 
No hay "resolución" de la historia.
 
Lo mismo ocurre con los espacios: empiezan pero tal vez no terminan. (O terminan pero tal vez no empezaron...)
 
Y no es que no haya lógica (por decirlo de alguna manera) sino que la lógica es otra.
 
Y no es que no haya narrativa sino que, también, la narrativa es otra.
 
"¿Y laneda?"... (la "aneda", como decíamos cuando éramos chicos, la anécdota), pensaba yo al registrar este sueño.
 
¿Dónde está la anécdota? Tal vez no la hay. (Desde ya, no hay "moraleja".) Tal vez no hay conclusión sino solo devenir.
 
Yo, que ando en esto de escribir, le di una especie de "cierre" a la poesía (con eso de que tal vez nos veamos en otro sueño), pero tal vez no hay cierre, tal vez no nos volvamos a ver el pájaro y yo.
 
Tal vez no hay "CHÁN CHÁN", como en el tango, sino un "fade-out", como en aquellas primeras canciones de los Beatles que se iban desvaneciendo hasta desaparecer (y que uno se apuraba en hacerlas sonar de nuevo, una y otra vez). 
 
Douglas Wright



No hay comentarios:

Publicar un comentario