Quien comparta mi colchón
ha de aprender a volar,
volar al anochecer,
¡ah, volar al despertar!
más que el sabido saber,
compartir un ignorar
con unas ganas enormes,
con unas ganas inmensas
de ver y de conocer.
ha de compartir mis sueños,
irracionales, ilógicos,
esos que no tienen dueño.
que cosquillea y que pica,
esa inquietud innombrable,
esa inquietud insondable
de ver y de conocer,
¡ah, que todo lo salpica!
ha de ser mi compañera,
mi compañera del alma,
mi compañera de mente,
compañera pasajera,
compañera intemporal
de esta vida y de otras vidas,
de esta existencia y de otras,
compañera colchonera,
¡compañera verdadera!
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