¡Qué llena que está la Nada!
¡Qué llena que está
la Nada,
tan llena de qué sé
yo!
—de recuerditos
furtivos
dando vuelta en
espirales.
¡Cuánta fuerza en la
quietud!
—energía contenida
en pulsaciones
profundas
como infinitos
fractales.
¡Qué lleno que está
el Silencio,
tan lleno de no sé
qué!
—de vocecitas
furtivas,
voces tan solo
mentales.
¡Cuánta paz en el
Vacío!
—ese que será
llenado
para luego ser
vaciado
en tantos ciclos
vitales.
¡Qué lleno está el
viejo Now
cada vez que se
vacía!
—dejando ir lo sabido,
hacia lo
desconocido,
otra vez como un
bebé,
otra vez como en
pañales.
El viejo Now
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