Como una alucinación
Para todos aquellos y aquellas
que mi corazón nombra en silencio…
Las casas de “La Playita”
—¡qué digo: ese caserío!—
están, de día y de noche,
abiertas a mis amigas,
abiertas a mis amigos.
Aquellos que ya no están,
aquellos que ya se han ido,
pueden caer de visita
y ser siempre bienvenidos.
Allí hay techo y hay comida,
allí hay guitarra y hay vino
—y hay caminar por la orilla
pisando arenas y limo.
Las casas de “La Playita”
—ésas sobre el montecito—
están para recibir
a las almas que se han ido.
Pueden venir como quieran:
pueden venir en avión,
en auto, en locomotora,
cualquier día, a cualquier
hora
—o presentarse en mis sueños
igual que una fantasía,
como una alucinación.
Douglas Wright
No hay comentarios:
Publicar un comentario