Sobre el cielo de mi calle
celeste, lila, rosado,
con tonos de verde pálido
y reflejitos dorados.
para no alarmar a nadie,
despacito, despacito
se va poniendo la tarde.
posarse serenamente
—quieto, callado, en silencio—
sobre el cielo de mi calle,
sobre el cielo de mi casa,
sobre el cielo de mi mente.
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