viernes, 31 de octubre de 2025

martes, 21 de octubre de 2025

Al jazmín de mi balcón


Al jazmín de mi balcón
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
Zambita para el jazmín,
el jazmín de mi balcón,
que florece en Primavera,
su preferida estación.


Todo el año anda en silencio,
sentadito en un rincón,
esperando, calladito,
a que llegue la ocasión.


Una zambita modesta
tocada en un Do Mayor,
una zambita de antes
al jazmín de mi balcón.


Zambita para el jazmín,
el de las florcitas blancas
que parecen estrellitas,
como estrellitas de nácar.


Todo el año anda en silencio
junto al banco de madera,
esperando, calladito,
que llegue la Primavera.


Una zambita de antes,
una zambita modesta
al jazmín de mi balcón
que, al llegar la Primavera,
se pone como de fiesta.


sábado, 18 de octubre de 2025

Me gusta la I Natural


Me gusta la I Natural
 
Me gusta la I Natural
—una I que tenga cuerpo,
una I que tenga instintos,
una I más Animal.
 
Prefiero una I Natural
—una I que tenga alma,
una I con sentimientos,
una I que pueda Amar.
 
Elijo la I Natural
—una sin computadoras,
una I sin celulares,
una I, ¿cómo decirlo?,
que no sea Artificial.
 
El viejo Now


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Bonus
 
Pariente de las Estrellas
 
Una I prima del Aire
—y del Sol y de la Luna—,
pariente de las Estrellas,
de los Bosques, de los Ríos,
de los Cerros y los Valles,
y del Mar y la Laguna.
 
Que sea una I compartida
con las Plantas y Animales,
una I que lleve dentro
sus ancestros Minerales.
 
Una I que huela un poco
a ese barro Original,
una I, ¿cómo decirlo?,
que sea más Natural.
 
DW
 

martes, 14 de octubre de 2025

Milonguita inacabada


Milonguita inacabada
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
Las cosas que me han pasado
son cosas de no creer,
cuántas veces habré muerto
para volver a nacer…
para volver a nacer.
 
A las vueltas de la vida
no la puedo deshacer,
van armando un entramado
que trato de comprender…
que trato de comprender.
 
Soy un pájaro que anda
solitario por el cielo,
todo es espacio infinito,
todo es aire, todo es vuelo…
todo es aire, todo es vuelo.
 
Milonguita inacabada,
“casi-milonga”, diría,
una hecha con retazos,
con jirones de mi vida…
con jirones de mi vida.
 
Las cosas que me han pasado
no las puedo deshacer,
parece que ando muriendo,
una, y otra, y otra vez,
para volver a vivir,
para volver a nacer.
 
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Bonus
 
Una milonga esotérica
 
The Sound of Music
 
La milonga (me refiero a la milonga campera) nunca fue uno de mis géneros musicales preferidos, como sí lo fueron las canciones de los Beatles (con las que crecí), las del repertorio de Sinatra (que me pusieron en contacto con Cole Porter, Irvin Berlin, los hermanos Gershwin, Rodgers y Hart, Hoagy Carmichael... y todos aquellos compositores de los standards de los años '30, '40 y '50), las zambas de Leguizamón y Castilla, los tangos de Manzi y Troilo, las bossanovas de Jobim...
 
Milongas de rebote
 
Me resonaban (en aquellos años de la década de 1970, tan politizada) las de José Larralde (contando las peripecias y los sufrimientos de los peones de campo) y "El payador perseguido", de Atahualpa Yupanki, entre otras, aunque, como dije, nunca fueron mis preferidas, y a las que nunca les presté mucha atención.
 
Mis canciones propias
 
De vez en cuando tomo prestados "sabores" de la música de estas regiones al componer mis propias canciones (un poquito de zamba acá, un poquito de baguala allá, a veces un poquito de tango), siempre con un espíritu Pop un poco beatlero-sinatrero, diría.
 
Una "casi-milonga"
 
Esta vez tomé prestado algo de aquella milonga campera para, en vez de contar mis padecimientos económicos-políticos-sociales (innumerables en esta época caótica en la que vivimos —Argentina 2025) dedicarme a mis tribulaciones metafísicas (por decirlo de alguna manera): el trayecto de mi alma por experiencias que vivo recordando, olvidando, recordando...
 
DW


Milonguita inacabada



martes, 7 de octubre de 2025

¡Ah, yo le canto al amor!


¡Ah, yo le canto al amor!
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
¡Ah, yo le canto al amor,
al amor de mis amores!,
¿cuál habrá sido el mejor,
el mejor de los mejores?...
 
¿cuál habrá sido el mejor,
el mejor de los mejores?
 
 
Furtivo, en la adolescencia,
salvaje, en mi juventud,
como un viento, una tormenta,
un terremoto, un alud.
 
 
Le ando cantando al amor
esta nueva primavera,
con cosquillas en la piel,
con cosquillas en el alma,
como aquella vez primera.
 
 
¡Ah, yo le canto al amor,
a ese que estoy esperando!,
¿cómo será?, me pregunto,
¿y cuándo estará llegando?...
 
¿cómo será?, me pregunto,
¿y cuándo estará llegando?
 
 
Un amor que lo sea todo,
que sea todos los amores,
un amor de mil aromas,
un amor de mil fragancias,
un amor de mil sabores.
 
 

¡Ah, yo le canto al amor!



domingo, 5 de octubre de 2025

Me posee la poesía


Me posee la poesía
 
Me posee la poesía,
la poesía me posee
—bajan como unas semillas
que vienen desde otro lado
y que en mi pastito crecen.
 
La poesía me posee,
me posee la poesía
—de esas semillas-cosquillas
van surgiendo unas palabras
que tal vez no escribiría.
 
Me posee la poesía,
estoy como poseído
de una especie de cosquilla,
de una especie de "tufillo"
que empieza suave —y muy firme—
a sonar en mis oídos.
 
El viejo Now

 

¡Hay tantos mundos posibles!


¡Hay tantos mundos posibles!
 
Hay tantos mundos posibles
a los que debo atender
que me queda poco tiempo
—me queda muy  poco tiempo—
para el mundo cotidiano,
para el diario menester.
 
Esas ondas en el aire
que tengo que descifrar
—vibraciones invisibles
que andan en mi vida diaria
dele rondar y rondar.
 
"Yo amo los mundos sutiles"
—decía Antonio Machado—,
"ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón",
y en esto yo estoy con él,
me siento muy a su lado.
 
Estoy atento a esos mundos
—a esas otras vibraciones—,
que no sé bien lo que son:
tal vez, mundos paralelos,
tal vez, planos diferentes
de una multi-realidad,
tal vez, otras dimensiones.
 
El viejo Now

 
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Bonus
 
Como un receptor de radio
 
Hay muchos mundos posibles, hay muchos mundos probables... le escuché decir a los "cuánticos".
 
Hay muchos mundos "reales", siento ahora. (Y uso la palabra "siento" —y no "pienso" o "creo"— muy a propósito.)
 
¿Cómo? ¿Superpuestos? ¿No se chocan?
 
Son como las sintonías de un receptor de radio (uno de esos de antes, de ser posible, con un dial grande y redondo, y una agujita que indicaba la estación que uno estaba sintonizando —música clásica, música Pop, folclore, noticias...).
 
Entonces, voy captando desde las frecuencias más bajas a las más altas: ¡cada una, un mundo, cada una, una realidad!
 
Y no, no se chocan... conviven.
 
Me veo a mí mismo —un poco— como ese aparato de radio, sintonizado a veces en una realidad, en un mundo, y a veces en otro (en otros).
 
A mí, poder "visualizar" algo me ayuda a entenderlo (¡gracias, Sarah Elkhaldy, por esta imagen!).
 
¿Y cuáles son esos mundos?
 
Cada uno tendrá acceso a los suyos (o no). En mi caso: el de la realidad cotidiana (la del mundo de vigilia), a la izquierda del dial; el mundo de los sueños (a los que estoy atento y de los que tomo nota); el de otros estados de consciencia un poco diferentes de los habituales (como unos déjà-vu o momentos en los que parece que vuelvo desde "otro lado", o en que veo algo que ya vi antes, en otro momento, pero ahora aparece cambiado —un frasco lleno que antes vi vacío, por ejemplo); estados muy "especiales" en los que estuve varias horas "sin palabras, sin nombres" para la realidad que estaba transitando; algún sueño lúcido (muy fuerte) y algunas visiones lúcidas (de cosas quietas que se movían, de objetos que estaban vivos).
 
Y, claro está, momentos como éste, sentado en el balcón (recién levantado, apenas despertado —o "despertado apenas") en los que "bajan a mí" poesías como ésta.
 
Como siempre: ¡GRACIAS!
 
DW


sábado, 4 de octubre de 2025

¡Ah, la sincronicidad!


¡Ah, la sincronicidad!
 
¡Ah, la sincronicidad!,
digo, esas casualidades
—¿qué sería de mi vida
sin esas cosas que surgen
por sus propias voluntades?
 
Encuentros que son milagros
—milagritos de la vida—
llenos de energía propia,
llenos de propia alegría.
 
¡Ah, las sincronicidades!,
digo, "la casualidad":
un regalo de la vida
que aparece de repente
—como milagrosamente—
desde un plano diferente,
desde otra realidad.
 
El viejo Now
 
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Bonus
 
Por pura casualidad
 
Jung hablaba de "coincidencias significativas".
 
Y yo las vengo observando, prestándoles atención.
 
Y sí, están ahí (si uno quiere verlas, claro).
 
Si uno puede ver más allá (o más acá) de lo lineal, de lo que el modo de ver convencional nos ha enseñado.
 
Yo sabía que existían, claro está, desde hace mucho (recuerdo aquél chamán que, rumbo a lo de su paciente, vio tres pájaros en el cielo y tomó eso como una señal) pero ahora las veo en mi vida, las observo a diario, y las integro a mi existir.
 
¿Para qué? ¿Con qué propósito?
 
Por nada, para nada: por pura casualidad.
 
DW