viernes, 25 de octubre de 2024

Cuaderno 1 – 09

 
Esta vez, una cabaña 
 
Esta vez, una cabaña,
digo, una de madera,
justo encima de mi manta,
en mi cama, en mi pieza.
 
En los pliegues de mi manta,
como si fueran laderas,
esta vez, una cabaña,
digo, una de madera.
 
Esta vez, una cabaña,
digo, justo al despertar,
con una gran chimenea
humeando, dele humear.
 
Busqué una copa de vino,
digo, justo al despertar,
y con unos marcadores,
¡ah, me puse a dibujar!
 
Esta vez, una cabaña
en mi cama, en mi pieza,
marcadores y birome
y una copita de vino,
dele y dele dibujar,
así mi día empieza. 
 
Douglas Wright


 
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¿Realidades superpuestas? 
 
Hoy, domingo, me desperté tarde (más tarde que de costumbre).
 
Hace frío en esta época y mi cama está cubierta de mantas (y un acolchado de plumas, salvador, ya que duermo en un colchón en el piso).
 
Tomaba mi desayuno "en cama" cuando se me presentó esta imagen: una cabaña de madera, de troncos, plantada encima de las mantas, como si éstas fueran las laderas de unas colinas...
 
Entonces (ya pasado el mediodía) apareció la copita de vino.
 
Me gustaba la idea de que apareciera "el observador" (que es tal vez "el imaginador" de esta cabaña).
 
("Debe ser el vino", podrá pensar alguno...)



 
Mi cama, mi colchón, mi pieza... un lugar de "imaginerías" (justo al despertar, además).
 
Realidades superpuestas, quizá: mi pieza (que aparece todo el tiempo en esta serie), el observador que observa la pieza (y se observa a sí mismo observando), y esa cabaña (un poco evocando la de Thoreau) que está ahí afuera y está aquí adentro...
 
¿Cosas de dibujante matutino, tal vez?
 
¿El observador festejando, con su copita de vino, la realidad imaginada, quizá?
 
Sea como sea: ¡salud! 
 
DW



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