Estoy como
hipnotizado
por las hojas que se
mueven
—se revuelven y se
agitan—
en las ramas que se
mecen.
Con ojos recién
nacidos,
veo solo el
movimiento
—una brisa de
colores,
como un luminoso
viento.
Estoy como alucinado
—de un modo muy
natural—
con el show de la
arboleda
justo frente al
ventanal.
Digo “hojas”, digo
“ramas”,
“árbol frente al
ventanal”,
pero yo veo sin
nombres
—de manera
no-verbal.
Estoy como
embelesado
mirando esta
sinfonía
que acaricia mis
sentidos
—que cosquillea mi
mente—
con una suave
alegría.
El viejo Now
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