Me acuerdo, cuando era árbol
de qué modo me sentía
—las raíces, en la tierra,
y la copa, por arriba.
por el tronco me subía
—una savia que era jugo,
y que era luz y alegría.
de qué modo me arrullaba
esa brisa suave, fresca,
al llegar la madrugada.
—ese sol de la mañana—
se reflejaba mil veces
en las hojas que brillaban.
de qué modo me sentía;
yo era un árbol, uno solo
—un árbol individual—,
pero también era el bosque,
era la tierra y el cielo:
¡era todo lo que había!
en la gran noche estrellada,
yo soñaba que era pájaro
—con las ramas como alas,
con las hojas como plumas—
y hasta la luna volaba.
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