Dibujitos de van Gogh
Y aquí (¿será ésta la última?) una tanda de mis dibujitos de
van Gogh dedicados a Daniel Marino (aquél amigo blusero que me daba datos sobre
Dion Dimucci en “Ruby Baby – El ensayo”).
Daniel no era músico, en realidad, sino que le gustaban los
blues y el rock blusero de los años ’60 y ’70, y me contaba una anécdota de un
guitarrista famoso que estaba grabando un disco de blues. Repetía toma tras
toma de un tema que no le gustaba cómo estaba saliendo, cómo estaba quedando.
Sentado en una sillita en un rincón estaba un viejo negro (“¿afroamericano?”,
“¿habitante originario de las plantaciones de algodón del sur?”, ¿cómo lo
llamarán los “correctos” ahora?).
Cuando el guitarrista famoso se estaba retirando de la sala
de grabación, completamente frustrado, el viejo le dice: “Usted toca muy
bonito”.
“Gracias”, responde el guitarrista.
“No”, agrega el viejo, “ése es el problema”.
Conocí a Daniel en un curso de historieta al que asistíamos
juntos. Los dos estábamos muy copados con la historieta entonces y siempre
hablábamos de los dibujantes que nos gustaban (y que marcaban nuestra
tendencia, de algún modo), Breccia, Hugo Pratt, Hal Foster…
Charlábamos de esto al final de una de las clases, y cada
compañero decía lo suyo. Cuando llegó mi turno, yo dije: “¡van Gogh, el
dibujante que más me gusta es van Gogh!”.
Me refería a esos dibujitos (¡dibujazos!) a pluma que
incluía en sus cartas a Théo explicándole las pinturas en las que estaba
trabajando.
Daniel debe andar con van Gogh, ya (desde 2014).
A Daniel, dibujante, y a van Gogh, dibujante: mis dibujitos.
Douglas Wright
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