Llegó el tiempo de vaciar
Llegó el tiempo de
vaciar,
de exhalar el aire
viejo
de mi mente, de mi
alma,
y al aire nuevo que
llega
hacerle espacio,
lugar.
Cuestionar lo
cuestionable
y también lo
incuestionable,
y desestabilizar
todo lo rígido,
duro,
lo excesivamente
estable.
Llegó el tiempo de
callar,
de silenciar las
ideas
y conceptos
consabidos,
refritados,
repetidos
y hacer lugar a lo
fresco
en un alegre
inhalar.
Dejar que lo viejo
salga
y se haga nuevo al
entrar,
como aire en los
pulmones
de mi alma y de mi
mente
oxigenándolo todo
en puro revolotear.
Douglas Wright
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