martes, 29 de agosto de 2023

El Doctorado del saque

 
El Doctorado del saque 
 
Pensaba (en broma ya que lo "académico" no es lo mío) que estas fotos (estas secuencias de fotos) eran mi Ph. D., mi "Doctorado", mi "Tesis de Doctorado", tal vez (siempre en broma ya que nunca aspiré a nada así), mi "Título" o "Diploma", quizá.
 
Me gusta más "I rest my case" (como dice un abogado defensor cuando termina su exposición final).
 
"1963-2023", habría que agregar.
 
60 años buscando intermitentemente (que es así como yo he practicado el tenis).
 
El último año fue intenso (en unas canchas a las que tuve acceso gratuito e ilimitado).
 
Pruebas, ajustes, correcciones, modificaciones, vueltas atrás (hasta volver a empezar, casi).
 
Un ejercicio de logros, frustraciones, paciencia (en el que el Yin y el Yang se sucedían el uno al otro con regularidad, inevitablemente).

 
A diferencia del resto del tenis, en el que uno interactúa con otros, el saque tiene que ver con uno mismo, parte de uno mismo y de la pelota en reposo. (Es uno el que pone el Mundo en movimiento.)
 
Hay algunos pasos preparatorios (que a veces se convierten en rituales) que deben ser seguidos, del mismo modo, una y otra vez.
 
Encontrar esos pasos (o que ellos me encontraran a mí) fue uno de los trabajos realizados ("las tareas de Hércules", diría alguno).
 
La posición en la cancha (sobre la línea del fondo y tomando el poste de la red como referencia), el brazo que sostiene la pelota (subiendo y lanzándola), el brazo que sostiene la raqueta (hacia atrás y hacia arriba), la pelota que sube, flota y baja, la raqueta que la impacta en un punto determinado (en el punto justo, con suerte), la pelota que sale despedida (rumbo a su destino) y el movimiento que termina, se cierra… y volver a empezar.
 
Una serie de movimientos, de acciones sincronizadas (que incluyen la flexión de las rodillas, el arqueo de la columna y la transferencia del peso de una pierna a la otra —al estilo antiguo). (Como un ciempiés en el que cada pie es independiente y a la vez sincronizado —y, como diría Alan Watts, si uno se  concentra demasiado en uno los demás se descalabran.)

 
Una repetición que yo asocio al ensayo de una canción con mi guitarra.
 
Practico la secuencia de acordes una y otra vez, canturreando la melodía. Voy haciendo pequeños ajustes en la guitarra encontrando el ritmo, el fraseo, hasta que llego a una secuencia que me gusta, que me satisface, que me resulta cómoda.
 
Entonces la toco repetidamente hasta que se va haciendo habitual, natural, espontánea. (¡Sí, es a la vez repetitiva y espontánea!) (Y siempre es igual y al mismo tiempo un poco diferente —como cada saque de tenis.)
 
Algo que implica control y descontrol (algo que empieza con un absoluto control y termina en un "dejar ir"...).
 
Entonces, como decía una "psicóloga cuántica": INTENCIÓN, EMOCIÓN e INCERTIDUMBRE.
 
(Es decir: uno propone y vaya a saber quién o qué dispone.)
 
Hacemos todos los preparativos del experimento, de la experiencia, y el saque puede resultar en onda o partícula, diría algún tenista cuántico...
 
¿Esa CASUALIDAD que —más que la CAUSALIDAD— todo lo ordena? Tal vez.
 
Una de las maravillas del saque de tenis (entre otras) es: "este saque salió bien, ¿y el próximo?". 
(¿La INCERTDUMBRE cuántica?...)
 
Entonces diría: hacer bien todos los pasos (INTENCIÓN y EMOCIÓN) y CONFIAR.
 
Y, por supuesto: aceptar lo que venga, lo que llegue, lo que sea.

 
En el saque de tenis, de algún modo, se unen la tierra y el cielo; uno está asentado en el suelo y la acción termina transcurriendo en el aire, en el cielo. (¡Ah, si los árboles, con las raíces en el suelo y las copas en el cielo, pudieran jugar al tenis!)
 
Es una actividad que se practica en soledad (en la soledad de uno mismo), como la contemplación, como la meditación.
 
Es una experiencia que tiene un aspecto interior (¿onda?) y un aspecto exterior (¿partícula?).
 
Ubicada en el punto justo donde el control y el descontrol se tocan (convergen).
 
En donde lo que "podría ser" se transforma en "lo que es".
 
Y, como en otras experiencias de mi vida, busco, busco y busco, pero solo lo que encuentro me encuentra a mí.
 
(Así fue con mis personajes de humor "El Jardinero Mágico" y "El viejo Now", por ejemplo: después de mucho buscar, un día vinieron a mí, por su cuenta.)
 
Finalmente, ¡qué decir de todas las reflexiones que trabajar (practicar, jugar) con el saque de tenis me han generado con respecto a mi vida y a la vida en general! 
 
"Ventaja al saque", diría el umpire. 
 
Douglas Wright




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