viernes, 1 de julio de 2022

Venecia sin ti


Venecia sin ti
  
Yo andaría por mis 14 o 15 años.
 
Era un sábado por la mañana y no tenía que levantarme temprano para ir al colegio.
 
La ventana del dormitorio que compartía con mi hermano menor daba a un pasillo exterior que nos separaba de los departamentos del edificio de al lado.
 
En uno de ellos (el que estaba justo frente a mi ventana) vivía un muchacho tres o cuatro años mayor que yo.
 
De repente —estando yo medio dormido todavía— empezó a sonar, bien fuerte, “que profunda emocióoon, recordar el ayeeer…”. Era “Venecia sin ti”, en castellano, cantada por Charles Aznavour.
 
¡Guau!, ¡esa voz medio ronquita, medio afónica, llena de emoción!
 
Y esa melodía romántica y dulzona… ¡Impresionante!
 
Después llegaron otras Venecias:
 
la de “El Mercader de Venecia”, de Shakespeare (en Literature, en el colegio);
la del final de “De Rusia con amor”, del James Bond de Sean Connery (en un cine de Banfield);
la de “Fábula en Venecia”, del Corto Maltés de Hugo Pratt;
la oscura y misteriosa de “Venecia rojo shocking”, de aquél thriller de Nicholas Roeg (con Donald Sutherland y Julie Christie);
la de Woody Allen en “Everybody Says I Love You”;
la de “Casino Royale” del Bond de Craig…
 
Para todas ellas (las Venecias de mi vida —esas que me han causado profunda emoción) va este recuerdo. 
 
Douglas Wright 
 
 

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