Venecia sin ti
Yo andaría por mis 14 o 15 años.
Era un sábado por la mañana y no tenía que levantarme
temprano para ir al colegio.
La ventana del dormitorio que compartía con mi hermano menor
daba a un pasillo exterior que nos separaba de los departamentos del edificio
de al lado.
En uno de ellos (el que estaba justo frente a mi ventana)
vivía un muchacho tres o cuatro años mayor que yo.
De repente —estando yo medio dormido todavía— empezó a
sonar, bien fuerte, “que profunda emocióoon, recordar el ayeeer…”. Era “Venecia
sin ti”, en castellano, cantada por Charles Aznavour.
¡Guau!, ¡esa voz medio ronquita, medio afónica, llena de
emoción!
Y esa melodía romántica y dulzona… ¡Impresionante!
Después llegaron otras Venecias:
la de “El Mercader de Venecia”, de Shakespeare (en
Literature, en el colegio);
la del final de “De Rusia con amor”, del James Bond de Sean Connery (en un cine de Banfield);
la de “Fábula en Venecia”, del Corto Maltés de Hugo Pratt;
la oscura y misteriosa de “Venecia rojo shocking”, de aquél thriller de Nicholas Roeg (con Donald Sutherland y Julie Christie);
la de Woody Allen en “Everybody Says I Love You”;
la de “Casino Royale” del Bond de Craig…
Para todas ellas (las Venecias de mi vida —esas que me han causado
profunda emoción) va este recuerdo.
Douglas Wright
la del final de “De Rusia con amor”, del James Bond de Sean Connery (en un cine de Banfield);
la de “Fábula en Venecia”, del Corto Maltés de Hugo Pratt;
la oscura y misteriosa de “Venecia rojo shocking”, de aquél thriller de Nicholas Roeg (con Donald Sutherland y Julie Christie);
la de Woody Allen en “Everybody Says I Love You”;
la de “Casino Royale” del Bond de Craig…
No hay comentarios:
Publicar un comentario