sábado, 11 de mayo de 2024

Una nube de Pissarro


Una nube de Pissarro 
 
Una nube de Pissarro
se metió por mi ventana,
una nube impresionista
dando vueltas en el techo,
justo encima de mi cama.


 
Una de esas nubes blancas
que flotaban en sus cuadros,
una hermosa nube blanca
sobre un cielo azul cobalto.


 
Una de esas nubes blancas
que andaban en sus paisajes
sobre los rojos tejados,
entremedio del ramaje.


 
Una nube de Pissarro,
una nube impresionista
dando vueltas en mi mente,
dando vueltas en mi alma,
¡como si fuera un pintor,
como si fuera un artista! 
 
Douglas Wright



 
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Bonus
 
¡Buenos días, Pissarro! 
 
No sé por qué, aunque sospecho que tiene que ver con el modo en el que el sol "pega" sobre el paisaje, en el que la luz del sol cae sobre las veredas del barrio, las paredes de las casas, los tejados, y se filtra entre las ramas de los árboles de otoño...
 
No sé por qué, decía, pero en otoño se me viene Pissarro (Camile Pissarro, el pintor impresionista) a la cabeza, a los ojos, al alma.
 
Y, aún teniendo yo una fuerte (fuertísima) afinidad con van Gogh (Vincent), es Pissarro el que me "invade" en otoño.
 
¡Y es pura alegría otoñal!, con esos cielos celestes cruzados por nubes blancas que pasan por detrás de las ramas a medio pelar, por esas lucecitas que hacen brillar los tejados como si fueran olitas de mar, por esas paredes blancas... ¡igual que en sus cuadros!
 
Y veo cuadros de Pissarro en mis caminatas por el parque, sentado en mi balcón, en mi colchón, al despertar...
 
¡Buenos días, otoño!
 
¡Buenos días, Pissarro! 
 
DW
 
  

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