Una nube de Pissarro
se metió por mi
ventana,
una nube
impresionista
dando vueltas en el
techo,
justo encima de mi
cama.
Una de esas nubes
blancas
que flotaban en sus
cuadros,
una hermosa nube
blanca
sobre un cielo azul
cobalto.
Una de esas nubes
blancas
que andaban en sus
paisajes
sobre los rojos
tejados,
entremedio del
ramaje.
Una nube de
Pissarro,
una nube
impresionista
dando vueltas en mi
mente,
dando vueltas en mi
alma,
¡como si fuera un
pintor,
como si fuera un
artista!
Douglas Wright
----
Bonus
¡Buenos días, Pissarro!
No sé por qué,
aunque sospecho que tiene que ver con el modo en el que el sol "pega"
sobre el paisaje, en el que la luz del sol cae sobre las veredas del barrio,
las paredes de las casas, los tejados, y se filtra entre las ramas de los
árboles de otoño...
No sé por qué,
decía, pero en otoño se me viene Pissarro (Camile Pissarro, el pintor
impresionista) a la cabeza, a los ojos, al alma.
Y, aún teniendo yo
una fuerte (fuertísima) afinidad con van Gogh (Vincent), es Pissarro el que me
"invade" en otoño.
¡Y es pura alegría
otoñal!, con esos cielos celestes cruzados por nubes blancas que pasan por
detrás de las ramas a medio pelar, por esas lucecitas que hacen brillar los
tejados como si fueran olitas de mar, por esas paredes blancas... ¡igual que en
sus cuadros!
Y veo cuadros de
Pissarro en mis caminatas por el parque, sentado en mi balcón, en mi colchón,
al despertar...
¡Buenos días, otoño!
¡Buenos días,
Pissarro!
DW
No hay comentarios:
Publicar un comentario