martes, 24 de marzo de 2020

La cabaña de “La playita”




La cabaña de “La playita” 

Me la paso inventando lugares imaginarios (para ilustrar mis poesías, por ejemplo), y así surgió este lugarcito al que yo llamo —para mí— "La playita". 

El impulso inicial surgió con la poesía “La casitas de madera”, y vino de un caserío que se construyó en la isla de Malta para filmar la película “Popeye”, de Robert Altman, con Robin Williams.

La playita de la segunda poesía, “Un lugar en mi interior”, tiene que ver con un ejercicio de meditación (en el que tengo que visualizar un lugar "lindo" y sintonizar mi respiración con él —más o menos).

Entonces seguí explorando el lugar, imaginando a mis vecinos y visualizando algunos detalles de mi cabaña (como los "decks" de madera, la escalera que da al sendero que conduce a la playa, los ventanales…). 

El lugar fue creciendo y se agregaron elementos de algunas casas de madera entrañables (las de los episodios del Corto Maltés en Bahía, aquel hotel de la serie "La leyenda del simio de oro", las casas de La Boca, las del Tigre…

Todo un cóctel, mezclado a mi gusto (“shaken, not stirred” —como diría James Bond).

La cosa sigue y ahora, en “Me construí una cabaña”,  ésta tiene un plano en el que aparecen la cocina, el baño, el lugar de estar y el dormitorio.

Y se viene aún más en “Tengo una casa fantástica”.

Mi impresión es que no es necesario que algo tenga consistencia “física” para que sea “real” (la alegría y la tristeza, por ejemplo), así que supongo que esta cabaña de “La playita” ya es parte de mi realidad. 

Douglas Wright


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