lunes, 1 de abril de 2024

Veo una nube pasar

 
Veo una nube pasar 
 
Veo una nube pasar
y mi mente piensa en nada;
mis pensamientos se funden
en el celeste del cielo,
el cielo de la mañana.
 
Una mariposa cruza
el cielo de mi balcón;
mi mente se va con ella,
volando detrás de ella
como un avión de juguete,
como un invisible avión.
 
Nada, de nada, de nada:
el cielo quedó vacío;
ya no hay nube pasajera
ni mariposa viajera,
solo un gran cielo celeste,
un celeste que está afuera
y también adentro mío. 
 
El viejo Now




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Bonus
 
En esta preciosa mañana de otoño 
 
Efectivamente, estoy sentado en mi balcón, haciendo nada, pensando en nada, en esta preciosa mañana de otoño.
 
Detrás de los árboles de aquí enfrente, surge una nube que se va desflecando, diluyendo en el celeste del cielo.
 
Igual que mis pensamientos, desflecados, diluidos en la nada.
 
Una mariposita naranja, de esas que aparecen en otoño, pasó por arriba de mi cabeza rumbo a no sé dónde.
 
Y me fui volando, mentalmente, detrás de ella.
 
Allá al fondo, atrás de los árboles y del tejado de mi casa: el cielo celeste.
 
Ese celeste que es nada y es todo al mismo tiempo (ese celeste del que todo surge y al que todo vuelve, tal vez).
 
¡Por ahí anduve un rato, en esta preciosa mañana de otoño!
 
¡Salud!
 
(La poesía ya estaba ahí, yo solo tuve que ponerle palabras.) 
 
DW
 

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