viernes, 15 de marzo de 2024

Because of This Boy - Capella

(Because of) This Boy - Capella 

A esta canción, "This Boy", de los Beatles, la escuché por primera vez hace 60 años, por poner números redondos (1964-2024). 

Y aunque había escuchado a otros grupos cantando a 3 o 4 voces, digamos (como Los Plateros, por ejemplo), esta vez esas voces, parecía, estaban dirigidas a mí. (Como las de unos chicos un poco mayores que yo "jugando" a cantar así.) 

Los Beatles hicieron montones de arreglos vocales (maravillosos) en sus canciones, pero ésta quedó tintineando en mis "orejitas" como la primera. 

Supongo que siempre anduvo "in the back of my mind" la idea de desarmarla y volverla a armar (como hacen los chicos cuando quieren "entender" algo). 

Y eso hice hace un tiempo. 

Y habiendo escuchado la versión a capella de "Because" en "Anthology", se me ocurrió seguir ese camino y quitarle las guitarras a la mía. 

Y por eso el título "(Because of) This Boy". 

Tratando, no de sonar como los Beatles, por supuesto (para eso hay muchas bandas tributo que lo hacen muy bien), sino, tal vez, de cerrar un ciclo que comenzó con aquél chico de 14 años que escuchaba maravillado. 

¡Gracias a los Beatles, a los tutoriales que andan en la web y al programa de mi computadora (que me permite grabar en muchas pistas) por este experimentito! 

DW 



martes, 5 de marzo de 2024

Un nuevo autorretrato (Douglas 2024)



Un nuevo autorretrato (Douglas 2024)

 


Un nuevo autorretrato
(Douglas 2024) 
 
Un sombrero, una guitarra,
un ventanal que da al sol,
una remera gastada,
una cortina raída,
y en medio de todo eso,
eso que yo llamo "yo".
 
Yo soy, un poco, el sombrero,
la guitarra, el ventanal,
sin ellos, yo no sería
ese que soy como tal.
 
Un ventanal que da al sol,
una remera gastada
y, detrás de los anteojos
y de la barba crecida,
eso que yo llamo "rostro",
eso que yo llamo "cara".
 
Yo soy yo y soy mi entorno,
soy mi adentro y soy mi afuera,
soy mi copita de vino,
mi papel, mi lapicera,
soy el álamo gigante
y el fresno de la vereda.
 
Un sombrero, una guitarra,
un ventanal que da al sol...
y, junto con todo eso,
ese yo que es más que "yo". 
 
Douglas Wright

 

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Bonus 
 
Siguiendo un poco la línea de pensamiento de Alan Watts en eso de que "fondo y figura van juntos", diría que "somos" el aire que respiramos, el suelo que pisamos, el sol que nos alumbra, el cielo, el agua...
 
No hay "yo" sin entorno (y tal vez el entorno no sería el mismo sin este yo que lo observa, que lo aprecia, que lo completa...).
 
El entorno y yo somos más que dos.
 
¡El entorno y yo somos UNO!
 
DW
 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Toda la vida lo supe

 
Toda la vida lo supe 
 
Toda la vida lo supe
—lo supe toda la vida—,
desde el día en que nací,
digo, en mi viaje de ida.
 
Yo ya venía sabiendo
lo que después olvidé
—me llevó toda una vida
el aprenderlo de nuevo,
el volverlo a aprender.
 
Desaprender la cultura,
desandar la "educación"
que nos distrae de aquello
que veníamos sabiendo
—desde adentro, desde el fondo,
digo, ¡ah, por intuición!
 
Toda la vida lo supe
—aunque, casi, lo olvidé—,
y aquí ando, a los 70,
reaprendiendo lo olvidado,
¡volviéndolo a aprender! 
 
El viejo Now


 
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Bonus 
 
No estoy en contra de la cultura o de la educación, solo digo: "lástima que nos hacen olvidar lo esencial".
 
Nos "educan" para todo,
menos para "la vida". 
 
DW
 

lunes, 26 de febrero de 2024

Hay un cielo allá en el Norte - Canción


Hay un cielo allá en el Norte
 
Letra y música: Douglas Wright 
 
Hay un cielo allá en el Norte,
camino de la Quebrada,
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada…
 
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada. 
 
Hay un sol y hay una tierra
que le llaman “arenosa”,
jamás había pisado
una tierra más hermosa…
 
jamás había pisado
una tierra más hermosa. 
 
Cielo arriba, Norte adentro,
entre el cerro y la quebrada,
por un pueblito escondido
la vida pasa callada…
 
por un pueblito escondido
la vida pasa callada. 
 
Una capilla de adobe
anda perdida en la sierra
con su techo de cardón
y su vereda de piedra…
 
con su techo de cardón
y su vereda de piedra. 
 
No hay cielo como ese cielo
y no hay tan linda quebrada,
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada…
 
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada. 
 
Cielo arriba, Norte adentro
la tarde alarga su sombra,
la vida pasa callada,
solo el silencio la nombra…
 
la vida pasa callada
solo el silencio la nombra.



Hay un cielo allá en el Norte - Intro


Me interesé por el folclore a mis 20 años, más o menos, viniendo yo de los Beatles y del jazz.
 
En casa sonaban Al Jolson, Doris Day, Nat King Cole...
 
A la música de los Beatles (y de toda aquella camada de los años '60) la tocaba y la cantaba en los bailes de la zona sur (Banfield, Lomas, Temperley, Adrogué) con las banditas de garaje que integraba entonces.
 
Leguizamón y Castilla, Tejada Gómez, Falú y Dávalos me ganaron el corazón en aquella época (comienzos de los años '70).
 
Y no solo su música y su poesía, sino también el paisaje, el paisaje del Norte (Salta y Jujuy, en particular, y la Quebrada de Humahuaca, en especial).
 
Nos pasó a muchos, creo, en esa época, enamorarnos de los Carnavales del valle de Lerma, del Tren a las Nubes, de los pueblitos de la Quebrada...
 
Entonces aprendí a tocar y a cantar aquellas canciones, aquellas zambas.
 
A partir de mis 50 años, empecé a escribir mis propias canciones.
 
Al comienzo, canciones para chicos (basadas en las poesías que publicaba en las revistas infantiles en las que colaboraba como ilustrador), y luego, canciones de todo tipo (que expresaban las cuestiones que me interesaban y me concernían).
 
Así empezaron a aparecer algunas que tenían un "airecito" folclórico.
 
Pero yo no vivía en Salta o en Jujuy, así que mis "zambitas" trataban de otros asuntos, de otros paisajes.
 
Y así surgieron "Zambita de la ciudad", "Callecitas de mi barrio", "Cúpulas de Buenos Aires", entre otras.
 
En ésta, "Hay un cielo allá en el Norte", hablo de aquellas regiones, pero como lo que fui, un visitante enamorado.

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Hay un cielo allá en el Norte

Letra y música: Douglas Wright 
 
Hay un cielo allá en el Norte,
camino de la Quebrada,
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada…
 
el que no ha visto ese cielo,
entonces, no ha visto nada. 
 
Hay un sol y hay una tierra
que le llaman “arenosa”,
jamás había pisado
una tierra más hermosa…
 
jamás había pisado
una tierra más hermosa. 
 
Cielo arriba, Norte adentro,
entre el cerro y la quebrada,
por un pueblito escondido
la vida pasa callada…
 
por un pueblito escondido
la vida pasa callada. 
 
Una capilla de adobe
anda perdida en la sierra
con su techo de cardón
y su vereda de piedra…
 
con su techo de cardón
y su vereda de piedra. 
 
No hay cielo como ese cielo
y no hay tan linda quebrada,
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada…
 
no hay cerro como esos cerros
ni vida así de callada. 
 
Cielo arriba, Norte adentro
la tarde alarga su sombra,
la vida pasa callada,
solo el silencio la nombra…
 
la vida pasa callada
solo el silencio la nombra.

 


jueves, 22 de febrero de 2024

Zambita de la ciudad - canción


Zambita de la ciudad
 
Letra y música: Douglas Wright 
 
Zambita de la ciudad,
la que le canta a mis penas,
ahuyenta las penas malas
y me acaricia las buenas.
 
Zambita de la ciudad,
la que canta mi alegría,
en el balcón de mi alma
suena de noche y de día. 
 
Zambita de la ciudad,
mi zambita ciudadana,
no le canta a la montaña,
ni a la quebrada, ni al valle,
sino al cielo de mi calle,
sino al sol de la mañana. 
 
Zambita de la ciudad,
zambita humilde, modesta,
cada vez que yo la canto
me pone el alma de fiesta.
 
Zambita de la ciudad,
de mi cortada Amambay,
zambita de lo que tengo,
zambita de lo que hay. 
 
Zambita de la ciudad,
que suena donde me halle,
no le canta a la montaña,
ni al valle, ni a la quebrada,
sino al sol de la mañana,
sino al cielo de mi calle. 

 

Zambita de la ciudad - Intro


Como dije antes, alguna vez, no soy un músico (salvo que llevo la música en el alma, en los oídos y, a veces, en la guitarra y la voz).
 
Jamás toco en público (no, al menos, desde que integraba unas banditas de garage a fines de los años '60 y comienzos de los '70), a lo sumo, frente a otra persona —un amigo o una amiga—, "one-on-one", como dicen en inglés cuando una entrevista es personal, íntima.
 
Entonces, no toco y canto salvo cuando (de vez en cuando) se me da por hacerlo.
 
A veces pasan meses sin que esto ocurra.
 
Lo bueno es que, cuando ocurre, es (casi) como la primera vez.
 
Una fiesta, una alegría, un reencuentro (un renacer, a veces, pienso).
 
La música renace en mí.
Yo renazco en la música.
 
(“Todo es vibración”, dicen, así que algo de eso debe haber...)
 
Entonces, cada vez que quiero grabar una canción (como las que andan en mis blogs y en mi canal de YouTube), la tengo que aprender de nuevo.
 
Y esto no solo ocurre con las canciones de otros (las de los Beatles, por ejemplo) sino con las mías propias (especialmente con las mías, diría).
 
Es lo que está ocurriendo con estos videítos caseros (grabados con el celular).
 
Busco la canción en cuestión (esa que empieza a sonar en mi "cabecita" y en mis oídos), que guardo en carpetas-biblioratos. 
(A veces tardo un rato en encontrar la que busco, tantas hay ya).
 
Repaso la letra y, sobre todo, reaprendo los acordes de guitarra.
 
Muchas veces vuelven solas, fácilmente, fluídamente (como cuando uno aprende, de chico, a andar en bicicleta, como dicen).
 
Y siempre, el reencuentro es una fiesta.
 
Una que ahora puedo compartir de esta manera, "one-on-one", con cuantos quieran.
 
¡Bienvenidos!



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Zambita de la ciudad
 
Letra y música: Douglas Wright 
 
Zambita de la ciudad,
la que le canta a mis penas,
ahuyenta las penas malas
y me acaricia las buenas.
 
Zambita de la ciudad,
la que canta mi alegría,
en el balcón de mi alma
suena de noche y de día. 
 
Zambita de la ciudad,
mi zambita ciudadana,
no le canta a la montaña,
ni a la quebrada, ni al valle,
sino al cielo de mi calle,
sino al sol de la mañana. 
 
Zambita de la ciudad,
zambita humilde, modesta,
cada vez que yo la canto
me pone el alma de fiesta.
 
Zambita de la ciudad,
de mi cortada Amambay,
zambita de lo que tengo,
zambita de lo que hay. 
 
Zambita de la ciudad,
que suena donde me halle,
no le canta a la montaña,
ni al valle, ni a la quebrada,
sino al sol de la mañana,
sino al cielo de mi calle.
 
 

martes, 20 de febrero de 2024

En mis sueños

 
En mis sueños 
 
¡Ah, el tiempo, en mis sueños,
es un tiempo no-lineal!,
y el espacio que transito
es no-tridimensional.
 
En mis sueños, las historias
transcurren como a los saltos,
y los "antes" y "después",
a veces, van de la mano.
 
¡Ah, el tiempo, en mis sueños,
es un tiempo diferente!:
un tiempo sin calendarios
—digo, sin días ni horas—,
un tiempo sin convenciones
—sociales o culturales—,
convenciones de la gente.
 
Todo parece confuso
hasta que uno se acostumbra
a ver como de otro modo,
a ver como en la penumbra.
 
¡Ah, el tiempo, en mis sueños,
es como un tiempo sin tiempo
que a veces anda veloz,
como un rayo fulminante,
que a veces anda despacio,
despacito, lento, lento! 
 
El viejo Now



jueves, 15 de febrero de 2024

Callecitas de mi barrio - Poesía


No soy un músico, claro está, sino, tal vez, un dibujante que siempre tiene una guitarra al lado del tablero (un tipo que escribe poesías a las que, de vez en cuando, les pone una musiquita —al alcance de sus recursos y de su oído).
 
Lo que me gusta de ellas (de mis canciones, digo) es que a diferencia de las grandes canciones que me gusta escuchar y, a veces, cantar (de los Beatles, de Sinatra, del folclore...), que le pasan cerca a las cuestiones y los asuntos que me conciernen, las mías, lejos de ser grandes canciones, le dan en el medio, en el centro, a esos asuntos, a las cosas que me interesan, a las cosas que me conciernen y que conforman mi existencia.
 
Son pequeñitas, humildes, modestas, como los recursos musicales a mi alcance, y como las cuestiones que me conciernen también.
 
Aquí va ésta (una más de esas): "Callecitas de mi barrio".
 
 
----
 
Callecitas de mi barrio 
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
Callecitas de mi barrio,
desparejas, empedradas,
con sus terrazas al sol
llenas de ropa colgada.
 
Callecitas de mi barrio,
con los árboles al fondo,
con sus rejas, sus persianas,
sus balcones y sus toldos.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado.
 
Callecitas de mi barrio,
con veredas de baldosas,
con zaguanes y jardines
con un malvón y una rosa.
 
Callecitas de mi barrio,
con sus frentes decorados
con una flor de cemento
o un angelito de mármol.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado. 
 
 

Callecitas de mi barrio


No soy un músico, claro está, sino, tal vez, un dibujante que siempre tiene una guitarra al lado del tablero (un tipo que escribe poesías a las que, de vez en cuando, les pone una musiquita —al alcance de sus recursos y de su oído).
 
Lo que me gusta de ellas (de mis canciones, digo) es que a diferencia de las grandes canciones que me gusta escuchar y, a veces, cantar (de los Beatles, de Sinatra, del folclore...), que le pasan cerca a las cuestiones y los asuntos que me conciernen, las mías, lejos de ser grandes canciones, le dan en el medio, en el centro, a esos asuntos, a las cosas que me interesan, a las cosas que me conciernen y que conforman mi existencia.
 
Son pequeñitas, humildes, modestas, como los recursos musicales a mi alcance, y como las cuestiones que me conciernen también.
 
Aquí va ésta (una más de esas): "Callecitas de mi barrio".
 
 
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Callecitas de mi barrio 
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
Callecitas de mi barrio,
desparejas, empedradas,
con sus terrazas al sol
llenas de ropa colgada.
 
Callecitas de mi barrio,
con los árboles al fondo,
con sus rejas, sus persianas,
sus balcones y sus toldos.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado.
 
Callecitas de mi barrio,
con veredas de baldosas,
con zaguanes y jardines
con un malvón y una rosa.
 
Callecitas de mi barrio,
con sus frentes decorados
con una flor de cemento
o un angelito de mármol.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado. 
 
 

martes, 13 de febrero de 2024