viernes, 19 de marzo de 2010

D-espacio

Espacio que surge cuando no hay apuro (o mejor dicho,
cuando hay no-apuro), el D-espacio surge de la tranquilidad,
del hacer las cosas (y las no-cosas) en el tiempo justo,
en el tiempo que les corresponde (fuera del tiempo, diría alguno
-sin el apremio del tiempo, diría otro).

(¿El D-espacio es un espacio que proviene del tiempo, entonces?)

En el D-espacio, sin que uno se dé cuenta, las cosas
(y las no-cosas) se hacen por sí mismas.

Los dos pasos de la ilustración muestran la creación del mundo
(del jardín, al menos) según el Jardinero Mágico...



...Que parece ir cantando “La Canción del Jardinero Mágico”,
esa que dice:

“El Jardinero camina
para arriba y para abajo;
caminar por el jardín
parece ser su trabajo...”

Resol-Ver

Acción o acto de resolver una cuestión o un problema
-un reto, un desafío- con sólo mirarlo, con sólo observarlo,
con sólo verlo.

¡Uf!... Vamos de nuevo...

Acción de resolver un problema con sólo verlo.

En el Resol-Ver, ver ya es resolver.

(¿Pueden verlo?)



En el Resol-Ver, la acción se produce espontáneamente,
sin elección (la acción se hace en uno, podría decir alguno;
la acción es uno, podría decir otro -o el mismo).

Al parecer, la cosa no es “ver para creer”
sino: “ver para hacer”.

(No sé si pueden verlo...)

martes, 9 de marzo de 2010

Sujetivismo

Creencia generalizada de que el sujeto es algo separado de la acción que ejerce sobre un objeto.

Sujetar

Acción de separar mediante el lenguaje (en sujeto, verbo y objeto) al sujeto de la acción con la que forma, pensamos, un todo inseparable.

(Para los de la Ciclopedia, esto es algo totalmente objetable.)

Es como si en “yo amo a María”, por ejemplo, “yo” no fuese lo mismo que “el amor que siento por María” (como si “yo” y “el amor que siento por María” fuesen cosas separadas, diferentes)...



Qué lenguaje loco éste que nos separa de la acción y genera, de algún modo, la ilusión de que el sujeto es dueño de la acción que ejerce, y algo separado de ella.

En un ataque de bronca o de celos, por ejemplo (como en el de “yo odio a Pedro” -entre otras cosas porque él también ama a María, suponemos), ¿no es el sujeto objeto de la acción del verbo, en todo caso?



Si esto del Sujetivismo es tan subjetivo -pensará alguno-, ¿qué objeto tiene predicarlo?

Y ahora, a modo de demostración final, nosotros y la acción de irnos somos la misma cosa.