Sin
calefacción
Estuve más de una semana sin energía
eléctrica y, por lo tanto, sin calefacción.
Pasé unas noches de mucho frío (aún
dentro de la cama, con mi acolchado de plumas, con todas las mantas encima y, arriba
de todo esto, mi sobretodo y el Montgomery, que pesa una tonelada). Frío, frío,
FRÍO...
Finalmente arreglaron la instalación
eléctrica y ahora vuelvo a tener calefacción.
Nos han tocado unos días destemplados
(no solo fríos sino muy húmedos y con unos vendavales que azotan las ventanas y
agitan los árboles de aquí enfrente).
Aprovecho, entonces, para quedarme un
rato más en la cama (que es mi colchón en el piso, sobre una alfombra), bien
abrigado y calefaccionado (tomando mi café con leche —que me calienta por
dentro).
Sin embargo, es la tristeza la que pasa
entre las ramas peladas de los fresnos, atraviesa el ventanal y se instala en
mi pecho.
No hay calefacción para esto.
DW
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"Tristeza"
La tristeza entra en mi pieza,
la tristeza entra a raudales,
por entre las ramas secas
se mete en los ventanales.
No hay pájaros en las ramas,
"Tristeza" los ha espantado,
hacia un cielo más alegre
los pájaros se han volado.
La tristeza entra en mi pieza,
la tristeza entra en mi casa,
se va metiendo en mi cuerpo,
se va metiendo en mi alma.
Douglas Wright
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