Un vaso de Torrontés
Un vaso de
Torrontés,
y ya estoy
en las quebradas
del
Noroeste argentino
–sin
moverme de mi casa.
Un vaso de
vino blanco
de
Torrontés bien helado,
y la tengo
a Cafayate
aquí nomás,
a mi lado.
Un vaso de
Torrontés
–si digo un
vaso, son dos–,
y están los
cerros norteños
justo
frente a mi balcón.
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