Pero Daniel no me llama
Para mi
amigo Daniel Marino
Hago mi
vida común,
hago mi
vida normal,
pero Daniel
no me llama.
Hago las
cosas del día,
de la
mañana a la noche,
de la noche
a la mañana,
pero Daniel
no me llama.
Escribo mis
poesías
y dibujo
mis dibujos
—mi
producción cotidiana—,
hago todo
lo que hago,
pero Daniel
no me llama.
Día tras
día tras día,
vivo mi
vida con fuerza,
vivo mi
vida con ganas,
pero Daniel
no me llama,
pero Daniel
no me llama,
pero Daniel
no me llama.
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