Una canción cotidiana
Un canto a
lo cotidiano,
eso es lo
que es mi canción;
le canto al
cielo de otoño,
le canto al
fresno amarillo,
y a la ropa
que flamea
secándose
en el balcón.
Éste es el
canto que canto,
una canción
cotidiana:
a los
gorriones del árbol,
a los
tejados de enfrente,
a las
hojitas que alfombran
la cortada
de mi casa,
y al sol
que brilla en el cielo,
el cielo de
esta mañana.
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