Se aplica a las personas y a las no personas (a todo lo que está vivo y es Vívido, digamos).

Otra vez le pedimos al Jardinero Mágico una mano para ilustrar (y lustrar) esta palabra.

El ilustrador aclara que no hace falta que algo tenga ojos para estar vivo y ser Vívido, pero dice que no resistió la tentación de ponérselos a las plantas y a la nube.
(“Se está haciendo el vivo”: pensamos nosotros...)
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