No tengo tiempo para el apuro, a lo “apurado”, lo dejo ir; probablemente, en otro momento, aquello que era “tan apurado”, tranquilamente pueda venir.
No tengo tiempo para el apuro, si es “apurado”, lo dejo ir; probablemente, en algún momento, (tranquilamente, de un modo lento), aquello que era “tan apurado”, con “todo el tiempo” pueda venir.
Yo fui un poco todos esos que admiraba, y fui un poco todos esos que admiré: fui un poco Sinatra y un poco los Beatles, fui un poco el “Polaco” y también Gardel.
Yo los copié a todos esos que admiraba, y también a todos un poco imité: yo fui un poco Sábat y Fontanarrosa, fui un poco Hugo Pratt y también Vincent.
Yo jugué a ser todos esos que admiraba y fue un juego lindo, claro que lo fue: yo fui un vagabundo igual que Walt Whitman, y fui un cantautor como Juan Manuel.
Yo fui como todos esos que admiraba, y un poco como ellos siempre quise ser: fui agente secreto como “Bond, James Bond”, y sabio de oriente como Lao Tse.
Yo los copié a todos esos que admiraba, y jugué a ser todos esos que admiré: yo fui un poco todos esos que admiraba, y un poco como ellos yo siempre seré.
Ah, qué alivio, esta mañana el pasado se ha esfumado, sólo tengo por delante una taza de café; todo está nuevo y vacío, todo fresco, despejado; un día nuevo me espera, ¿qué voy a hacer?, no lo sé.